Cambio obra de arte por clases de cocina
- La exposición Arte por Trueque cambia arte por servicios
- Participan artistas consagrados como Ouka Leele o Miquel Barceló
“Un libro mío, tomar una copa, y una visita al taller del pintor Zoltan al cual represento; al fin y al cabo también es una creación mía”, añade convencida la profesora universitaria Olga Pérez, tras colgar en el tablón sus ofertas a cambio de obras de arte.
Más pragmática se muestra Inés, que llega desde Palma de Mallorca dispuesta a conseguir una de las “mejores piezas”. “Por los colores tierra y por el tema marino … yo diría casi seguro que éste es ‘el Barceló’”, analiza con ojo experto esta coleccionista de todo tipo de objetos, delante de uno de los cuadros.
“Picasso ya cambiaba dibujos por comida“
Inés ofrece una vajilla de plata, tazas de porcelana y mantas de punto de cruz realizadas con sus propias manos, porque cree que al "poner en el escaparate algo personal el artista puede decantarse por su propuesta", y es una forma de adquirir arte, cómo poco, inaccesible.
Pujas a ciegas
“Que cualquiera pueda adquirir una obra cotizada”,- en palabras de sus organizadores- parece ser una de las claves del éxito Art Barter o Arte por Trueque, la exposición organizada en el marco del festival de música y tendencias dcode, en el Centro de Arte Complutense, en Madrid.
La iniciativa del trueque artístico, lejos de ser nueva- ya el propio Picasso cambiaba dibujos por comida- ha sido renovada por las curators británicas Lauren Jones y Alix Janta, y ahora aterriza en nuestro país, después de presentarse en Londres, Nueva York o Berlín.
En la ciudad alemana el artista Noriaki Hattori declinó suculentas-y excéntricas- ofertas como vacaciones de lujo, para escoger el coche a control remoto de Oscar, un niño de siete años.
“Se oferta desde un beso en la mejilla hasta diez lecciones de solfeo“
En España, los consagrados Ouka Leele, Miquel Barceló, Javier Mariscal o Ángela de la Cruz (finalista del premio Turner 2010), entre otros, se han prestado con entusiasmo “al experimento”.
Sus obras se mezclan con las de talentos noveles, un concepto igualitario que atrae como un imán a los visitantes que “pujan a ciegas”, porque hasta que no finalice la muestra (25 de junio) no se desvelará la autoría de cada pintura, escultura, o fotografía. Después, los artistas tendrán dos semanas para elegir el servicio por el que realizan el trueque, y en ningún caso se admite dinero.
El arte del trueque
“Es un juego y una forma de acercar la creatividad a la gente joven en tiempos de crisis”, explica Iñigo Martínez, uno de los comisarios de la exposición, que cuenta a RTVE.es como el éxito está rebasando todas sus previsiones y en poco menos de una semana se han recibido más de 500 peticiones, porque “la calidad puede interesar a todo tipo de públicos”.
“Es una forma de hacer accesible el arte en tiempos de crisis“
Un simple vistazo al tablón-dónde el público cuelga sus ofertas- confirma la tendencia de que, al menos, la imaginación corre sin freno en estos futuros intercambios: “Desde clases de cocina personalizadas, un beso en la mejilla, diez lecciones de solfeo, orientación espiritual, hasta una noche de “maniobras orquestales en la oscuridad’”, se ofrecen para seducir a los autores.
“La autoría no se desvela hasta el final de la muestra“
Más concreta es la propuesta de una conocida diseñadora que ofrece “un look completo realizado a medida”, a cambio de esta suerte de “arte anónimo”.
Las sorpresas pueden saltar en el último momento, aunque algunos creadores ya han dejado algunas pistas al público.
La fotógrafa Ouka Leele deslizó que le encantaría intercambiar sus imágenes pop por un “huerto orgánico”. Un aviso artístico a navegantes.