Javier Zaragoza, renovado como fiscal jefe de la Audiencia Nacional

• Asegura que la Fiscalía aplicará la ley igual si hay proceso de paz
• Diferencia la política antiterrorista de la aplicación de la ley
• Javier Zaragoza habla de un incipiente "terrorismo gallego"

El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, cuyo mandato ha acordado este martes renovar durante cinco años más el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, ha asegurado que la actuación del Ministerio Público no va a variar y se va a seguir aplicando la ley ante un hipotético proceso de paz.

Zaragoza ha hecho estas manifestaciones a los periodistas tras conocer la decisión de Conde-Pumpido de renovar su puesto, para el que fue designado en abril de 2006, y ha opinado que también se ha renovado "la confianza sobre cómo se está actuando por parte de la Fiscalía en los diferentes frentes", ya sea terrorismo de ETA, yihadista, del GRAPO o el "incipiente terrorismo gallego".

"La actuación de la Fiscalía contra el terrorismo ha sido intensa y constante a lo largo de todos estos años, como lo había sido en los años anteriores", ha sostenido Zaragoza, que no ha querido valorar la posibilidad de un "escenario sin ETA" porque, según ha dicho, eso lo tienen que hacer "los que tienen la responsabilidad de la política criminal, el Gobierno de la Nación".

El fiscal jefe de a Audiencia Nacional ha recalcado que la Fiscalía y los tribunales se limitan "siempre a aplicar la ley, que la diseña el Parlamento a iniciativa de los gobiernos" y que van a "seguir aplicando la ley como se ha hecho todos estos años en función de criterios legales.

Una cosa es la política y otra la aplicación

"La gente tiene que entender que una cosa es la política antiterrorista, que legítimamente diseña un Gobierno, y otra cosa es la aplicación de la ley en los casos concretos, que es responsabilidad exclusiva de los tribunales y de las fiscalías", ha agregado.

Sobre la futura reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim), Zaragoza ha opinado que se debe avanzar en el proceso penal "hasta dejar un modelo acusatorio puro", donde el fiscal sea quien "realmente dirija" la investigación, para lo que hay que "redefinir" la posición del fiscal.