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El día del teletrabajo: trabajar desde casa pero sin los cotilleos de la oficina

  • Este miércoles se celebra el 'Día de la Oficina en Casa'
  • El ahorro para las empresas y los trabajadores es significativo
  • Aumenta la productividad y se concilia mejor la vida laboral y profesional
  • El "cara a cara de la oficina" y los "cotilleos", lo que más se echa de menos

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La oficina en casa de Raúl Ordónez, uno de los responsables de la web Bitácoras.com
La oficina en casa de Raúl Ordónez, uno de los responsables de la web Bitácoras.com

Hoy miércoles 22 de junio, en el que se ha dado en denominar 'Día de la oficina en casa' se pueden leer muchas reflexiones sobre el teletrabajo.

La teoría dice que aumenta la productividad para las empresas, que los trabajadores mejoran su conciliación con la vida laboral y que de paso se cuida un poco el medioambiente.

Según la consultora IDC y los organizadores del evento, algunas cifras que se manejan algunas cifras que se manejan incluyen 1.200 euros por persona en ahorro en transportes cada año, 80 horas más disponibles para trabajar en vez de estar moviéndose por ahí y muchas toneladas de CO2 ahorradas en emisiones contaminantes a la atmósfera.

Pero aunque muchos son los que pueden disfrutar de diversas fórmulas de teletrabajo, no es algo que esté al alcance de todo el mundo.

En ocasiones el tipo de trabajo requiere la presencia física; en otras, las políticas corporativas tradicionales lo impiden. Incluso a veces sucede que hay trabajadores para los que la fórmula de 'trabajar en casa' no es precisamente la mejor idea: sencillamente, no son productivos o no tienen la autodisciplina necesaria para funcionar bien.

Vidas mejores con el trabajo a distancia

Uno de los responsables del servicio web Bitacoras.com se autodefine como "un andaluz que vive en Galicia y que trabaja en Madrid".

Se llama Raúl Ordóñez y y el hecho de "trabajar en Internet" le permite hacerlo desde casi cualquier lugar en el que haya una conexión, dado que se ve obligado a realizar unos cuantos viajes al cabo del año.

Su oficina en casa tiene base en Lugo, a escasos metros de la histórica muralla romana. Sus tres herramientas son un ordenador, un teléfono y una conexión a Internet.

"Igual que un vendedor de coches necesita estar físicamente en un concesionario para mostrar los vehículos, los que trabajamos en el sector digital únicamente necesitamos estar conectados para interactuar con nuestros usuarios, proveedores y clientes. No importa el lugar».

Teletrabajar no es como afirman algunos como ser un Jedi, que pueden ir todo el día en bata

La forma en que Ordóñez organiza su trabajo es habitual entre los teletrabajadores: su espacio de trabajo está ordenado e impoluto, porque cree que hay que mantener unos niveles mínimos de organización, responsabilidad y seriedad.

Teletrabajar no es como afirman algunos como ser un Jedi, que pueden ir todo el día en bata: para Ordóñez "mientras se trabaja, nada de pijamas o gallumbos".

Lo que más valora es la oportunidad de conciliar la vida laboral y familiar y el ahorro que supone tanto para él como para la empresa: "las mayores ventajas de la oficina en casa son la eficiencia, la comodidad y la tranquilidad".

Así, "aunque parezca imposible, la productividad de los que teletrabajamos en algo que nos gusta aumenta muchísimo. Al mismo tiempo, disponemos de más tiempo libre".

"Un ermitaño trabajando desde casa"

Hace años el teletrabajo no se comprendía como tal. Es el caso de Santiago Rivera. Comenzó a teletrabajar hace casi quince años como consultor freelance 3-D especializado en edificaciones singulares y obras civiles.

De los primeros tiempos recuerda que "nadie comprendía que pudiera estar como un ermitaño trabajando días y días en casa, pero consideré ridículo ocupar una oficina o un local pudiendo hacer el mismo trabajo sin moverme de casa".

Podía hacer el mismo trabajo sin moverme de casa. Ellos reciben mi trabajo y yo su dinero. Punto

La relación con los clientes también era peculiar: "Ya en 1997 el PDF era para mi el sustituto de las visitas a los clientes. A algunos no los conozco personalmente. A otros ni siquiera por teléfono. Ellos reciben mi trabajo y yo su dinero. Punto".

Con el paso del tiempo las cosas fueron mejorando técnicamente: "cuando lo más rápido que tenía era la RDSI, las imágenes iban en CD mediante mensajero. Ahora, con el ADSL, el mensajero me echa de menos." ¿Un riesgo a evitar? "Al estar aislado tan solo hay que evitar la obsolescencia técnica, pero basta estar un poco informado y al tanto de las novedades".

Cambios revolucionarios en algunas profesiones

Para algunas profesiones, el teletrabajo ha sido determinante. Beatriz Pérez Alonso teletrabaja desde hace unos trece años como traductora autónoma y tiene claro que para trabajos similares al suyo el cambio en los últimos años ha sido revolucionario.

"Para una profesión como la traducción, las tecnologías de comunicaciones supusieron un cambio radical hará unos quince años: nos abrieron la posibilidad de trabajar con clientes de cualquier lugar del mundo y mantener estrechos vínculos con otros colegas, algo importante en una profesión que tiende al aislamiento".

Las tecnologías nos abrieron la posibilidad de trabajar con clientes de cualquier lugar del mundo

¿Y lo no tan bueno? "Como contrapartida, los plazos de entrega se han ido reduciendo hasta el extremo y la competencia ha aumentado enormemente, pero mi balance es positivo".

Como casi siempre, las mayores ventajas citadas son las del terreno personal: "Trabajar en casa evita tener que alquilar oficinas y perder cientos de horas en desplazamientos, así como sus correspondientes riesgos. Te proporciona movilidad y libertad de acción, especialmente la disponibilidad hacia los hijos. Y además no estoy atada a la ciudad: puedo irme a la casa del pueblo siempre que me dé la gana".

Conciliar vida familiar y profesional

Otras personas han trabajado de las dos maneras. Tomás Chan es informático y ha trabajado de ambas formas en diversas empresas, de las que recuerda cómo eran los viejos tiempos: "en IBM, ya existía a principios de los años 2000 el concepto de teletrabajo, o usuarios mobility, venía muy bien para conciliar la vida familiar y profesional: citas médicas, reuniones escolares, etc".

Pero "también puedes trabajar desde casa en caso de incidencias por la noche o fuera de horarios; luego simplemente levantarte más tarde al día siguiente".

Curiosamente, en el trabajo actual de Chan -una gran editorial- él es el único que está en la oficina física de Madrid: el resto de sus compañeros están repartidos teletrabajando desde el Reino Unido, Francia, Alemania, Estados Unidos y otros países.

Oficinas improvisadas

Las oficinas en casa improvisadas a veces resuelven también problemas inesperados: una trabajadora cuyo nick es Anghara nos contó que tuvo que quedarse en casa inesperadamente durante unas semanas, que para colmo coincidieron con las peores fechas del proyecto en que andaba metida.

Por suerte no necesitaba reposo absoluto, así que pudo dedicar 4 ó 5 horas cada día a conectarse desde casa para evitar que su proyecto se parara.

De este modo, todos contentos: ella pudo resolver el importante trabajo y la empresa también salió ganando al evitar verse con todo "empantanado". ¿Lo irónico del caso? Que en su empresa el teletrabajo no está permitido… aunque resolvió la papeleta para todos.

No todo son ventajas

Cuando trabajas en casa todo el mundo piensa que tu disponibilidad es absoluta

Pero no todo son ventajas para los que trabajan desde su propio hogar: "cuando trabajas en casa, todo el mundo tiende a creer que tu disponibilidad es absoluta», dice Pérez Alonso.

Al igual que ella, Chan echa también de menos "no tener el feedback personal de tus compañeros de trabajo, no enterarte de los cotilleos y chismes, ni del ambiente de la oficina. Aparte de que tienes acceso a menos recursos y si tienes problema técnicos tienes que buscarte la vida tú mismo".

Es uno de los nexos de conexión de casi todas las personas que trabajan desde casa: evitar la soledadLuis Suárez, de IBM, teletrabajador y "hippie 2.0" también coincide con ellos: "El contacto cara a cara y el ambiente de oficina no se puede reemplazar, pero al menos tenemos las redes sociales, para no volverte loco ni enajenarte con el aislamiento".