La izquierda abertzale dibuja un mapa de poder sin precedentes en el País Vasco y Navarra
- El basto de mando ha pasado hasta en 123 ocasiones a un miembro de Bildu
- Con su llegada a la diputación de Guipúzcoa, gestionarán unos 1.000 millones
- Sociólogos y analistas políticos coinciden: el reto ahora es ganar credibilidad
La izquierda abertzale de la mano de la casi totalidad de los votantes de Eusko Alkartasuna ha dibujado tras las elecciones del 22-M un mapa electoral sin precedentes y de difícil reedición. Hasta en 123 ocasiones un bastón de mando ha pasado a manos de un miembro de Bildu en el País Vasco y Navarra.
Con su llegada a la Diputación de Gipuzkoa, además, Bildu gestionará cerca de 1.000 millones de euros y la cifra asciende a 2.000 millones si se suma todo el poder que la coalición ha obtenido en las pasadas elecciones.
Sociólogos y analistas políticos coinciden en que el reto de Bildu ahora es ganar credibilidad. Creen que lo que ahora pide a Bildu su electorado es que cumpla con su responsabilidad en relación al final de ETA.
Decisiones que incomodan a su electorado
Desde Sopelana, Vizcaya, cuna del surf vasco y ejemplo de cómo el voto joven captado por Bildu ha desbancado por primera vez al PNV del Ayuntamiento; hasta pueblos como Lizartza en Guipúzcoa, donde la izquierda abertzale ha salido indemne de las sucesivas ilegalizaciones; pasando por San Sebastián, un inesperado trofeo arrebatado al Partido Socialista.
En 88 ayuntamientos, como en el de Azpeitia, donde fue asesinado Ignacio Uría, Bildu gobernará en mayoría absoluta. Allí, la familia de Uría rechaza ahora que el alcalde de Bildu acuda al homenaje en su memoria después de que la izquierda abertzale nunca condenara su asesinato.
Paradójicamente, en los lugares donde ETA ha cometido sus últimos asesinatos, el apoyo a Bildu ha sido masivo.
Por otra parte, hay decisiones de la coalición que están incomodando hasta a parte del electorado, como la de tapar con fotos de presos los carteles de NO a ETA en Ibarra o la de vetar a los escoltas en Andoain.
Está por ver si con el paso de los meses la coalición será capaz de ajustarse a las expectativas de los cientos de miles de vascos y navarros que le dieron su voto.