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La ONU considera que los rebeldes llevan ventaja a Gadafi aunque los combates no cesan

  • Los rebeldes han conseguido llegar a 80 kilómetros de Trípoli
  • Un portavoz rebelde asegura que hay bajas en los dos bandos

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La ONU considera que los rebeldes libios llevan "cierta ventaja" a las fuerzas leales al dictador Muamar al Gadafi en el conflicto que los enfrenta, gracias al apoyo aéreo que los efectivos de la OTAN realizan desde hace cien días.

Así lo ha asegurado ante el Consejo de Seguridad del organismo el subsecretario general de Naciones Unidas para Asuntos Políticos, Lynn Pascoe, para quien "está claro" que "la iniciativa militar está ahora del lado de las fuerzas opositoras" libias.

"Pese a que no tenemos un detallado entendimiento de la situación militar, está claro que la iniciativa, aunque titubeante, está ahora con las fuerzas de la oposición apoyadas ocasionalmente por la artillería aérea de la OTAN", ha indicado Pascoe en su informe a los miembros del Consejo sobre la situación en Libia.

El subsecretario general ha subrayado así que la balanza en el conflicto parece inclinarse a favor de los rebeldes y ha destacado que los enfrentamientos se están acercando cada vez más a Trípoli, para lo que puso como ejemplo "los intensos combates" que se viven en Bir El Ghnem, a unos 80 kilómetros de la capital del país.

"Ha habido combates durante el domingo y en ellos algunos de nuestros combatientes han muerto como mártires aunque en su bando (las fuerzas del gobierno) también han sufrido muchas bajas y hemos logrado capturar equipos y vehículos. A día de hoy la situación es tranquila y los rebeldes están en sus posiciones", ha señalado Juam Ibraim, un portavoz de los rebeldes a la agencia Reuters.

El problema de los refugiados

Pascoe ha destacado que la OTAN bombardea la capital libia y que existen combates en la ciudad de Brega, mientras que ha informado de que las fuerzas de Gadafi siguen bombardeando Misrata.

"Estamos preocupados por las informaciones sobre las muertes entre civiles, ya sean a causa de la violencia del régimen, que ha sido la responsable de la vasta mayoría de esas muertes, o a causa de las acciones militares de las fuerzas opositoras o de la OTAN", ha indicado.

"Mientras las fuerzas opositoras toman el control de algunas ciudades, las informaciones apuntan a que algunos de los desplazados están regresando", ha señalado, quien ha destacado que, hasta el pasado 23 de junio, más de 1,1 millones de personas habían cruzado la frontera de Libia con Túnez, Egipto, Níger, Argelia, Chad y Sudán. Alrededor de 3.000 personas, además, se encuentran atrapadas en puntos fronterizos con Túnez, Egipto y Níger, y 16.000 individuos han alcanzado por barco las costas de Italia y Malta.

El informe de Pascoe se produce el día en que se cumplen cien jornadas de actividades militares de la coalición internacional, han pasado ya cinco meses desde que se inició la crisis en el país y tres después de que el Consejo de Seguridad aprobara la resolución 1.973 que dio inicio a la actuación internacional.

Diálogo entre rebeldes y el régimen

En cuanto a las mediaciones para encontrar una salida a la situación del país, Pascoe ha detallado que el enviado especial de la ONU a Libia, el exministro de Exteriores jordano Abdul Ilah al Jatib, trata de "limar las diferencias" entre las dos partes para que se inicien "conversaciones indirectas".

Al Jatib visitará "en un futuro cercano" el país de nuevo para intensificar esa labor, aunque mantiene un contacto telefónico frecuente con las partes, por lo que Pascoe ha asegurado que el inicio del proceso de negociación entre las partes está ya en curso.

"Tenemos que asegurarnos de que los derechos humanos y las libertades básicas del pueblo de Libia se respetan completamente, y de que sus aspiraciones legítimas obtienen respuesta", indicó Pascoe.

Tras oír a Pascoe, la delegación de Sudáfrica en el Consejo de Seguridad -una de las que se abstuvo a la hora de aprobar las resoluciones- ha afirmado que la operación militar en curso "no ayuda a solventar la crisis" y ha señalado que la comunidad internacional debería "centrar sus esfuerzos en una solución política más que en una militar".