Europa corre un serio peligro de quedarse a la cola en la competición tecnológica
A hombros de gigantes
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Los niños y adolescentes actuales son adictos a la tecnología -de la que dependen para relacionarse con su entorno- pero desconocen quiénes son los profesionales encargados de idear, diseñar y hacer posible el complejo funcionamiento de los gadgets que forman parte de su vida cotidiana, casi desde la cuna.
Los chavales aman las nuevas tecnologías pero les interesa muy poco saber cómo se generan y, mucho menos, convertirse ellos mismos en un futuro en productores.
Si la falta de curiosidad de los jóvenes, su desinterés hacia las matemáticas, la ciencia y la tecnología se prolonga, Europa corre un serio peligro de quedarse atrás en la competición tecnológica y así lo vienen advirtiendo las academias de ingeniería de 21 países europeos, agrupadas en EuroCASE (European Council of Applied Sciences, Technologies and Engineering, con sede en Paris).
La Real Academia de Ingeniería Española participa muy activamente en esta plataforma educativa. Su representante en ella es el académico Luis Castañer, Ingeniero de Telecomunicación y profesor de la Universidad Politécnica de Catalunya, con quien hemos hablado en A hombros de gigantes.
Castañer asegura que los adolescentes y jóvenes son grandes consumidores de aparatos de última tecnología (consolas, móviles, MP3, MP4, IPad, Netbook).
“Los adolescentes son incapaces mantener vida social sin aparatos de última tecnología“
Sin ellos son incapaces de mantener vida social, así que conocen al dedillo las características técnicas de lo más novedoso que llega al mercado.
Pero no se plantean nada más allá de su utilidad, dando por sentado que es lo lógico que los haya para su bienestar y que, además, cada vez salgan al mercado más evolucionados, mejores y más fiables.
Interesa la utilidad práctica
A los jóvenes les importa muy poco investigar sobre cómo se ha podido llegar a ese grado de fiabilidad, ni saber que toda esta tecnología es el resultado de un proceso de alta precisión, en cuyo origen hay un ingeniero.
De la misma manera, ni la ingeniería, ni las matemáticas, ni la ciencia y la tecnología en general les interesa. Tan sólo su utilidad práctica en forma de productos.
“El número de estudiantes matriculados en ingeniería y arquitectura ha caído un 13% en la última década“
Ese desinterés por la ciencia, según los resultados de EuroCASE, es mayor en los países occidentales. El tren de la tecnología va hacia China e India y en un futuro, podemos ser absolutamente dependientes de los países emergentes
Hay cifras que llaman la atención. En España hay en estos momentos unos 350.000 ingenieros. Y en China, en un año, se gradúan 400.000.
Otro dato preocupante: en la última década, el número de estudiantes matriculados en ingeniería y arquitectura has disminuido en un 13% y en Ciencias en un 36%.
Instituciones para motivarles
Hay numerosas instituciones que intentan motivar a los más jóvenes, acercándoles a la tecnología mediante escuelas y campamentos de verano tecnológicos, talleres, visitas a los laboratorios, demostraciones, concursos, etc.
Según los datos recabados por EuroCASE en 21 países europeos se ha visto que, en general, las iniciativas de promoción y motivación son muy parecidas entre sí.
Ahora bien se orientan principalmente a jóvenes en la etapa entre 15-18 años, con resultados no muy elevados. Castañer está convencido de que habría que empezar mucho antes.
También es partidario de llevar a cabo iniciativas para que la mujer se incorpore a las carreras tecnológicas, ya que uno de cada cuatro ingenieros es mujer.
“Solo uno de cada cuatro ingenieros es mujer“
El profesor Castañer ha participado en el diseño del primer chip diseñado y fabricado en España que se posará en Marte. Es un sensor para medir la velodidad y dirección del viento marciano.
El sensor será instalado en la estación meteorológica desarrollada por científicos españoles para el vehículo espacial de la NASA Mars Science Laboratory, también conocido como Curiosity, que será lanzado a finales de este año.
Es parte del Programa de Exploración de Marte de la NASA, un programa a largo plazo de exploración robótica del Planeta Rojo. El objetivo de Curiosity, un laboratorio rodante, es determinar si Marte alguna vez tuvo un ambiente capaz de soportar vida microbiana y las condiciones favorables para la conservación de pistas de vida, si es que existió.
El chip lleva grabado el nombre de los cinco investigadores que lo han concebido, diseñado y fabricado, totalmente en España en el laboratorio del grupo micro y nano tecnología de la UPC. Según Castañer, la nanotecnología y la nanociencia es la revolución industrial del siglo XXI.