Peter Molyneux sueña con el videojuego que permita ser Dios con uno mismo

• Es uno de los más afamados creadores de videojuegos
• En Gamelab ha repasado su trayectoria y abordado algunos retos
• Ha sido premiado en reconocimiento a su carrera profesional

Peter Molyneux durante su paso por el Gamelab 2011 que se celebra en Barcelona

Peter Molyneux ha sido otra de las grandes estrellas que ha acogido esta edición del Gamelab plagada de grandes figuras del mundo de los videojuegos.

Está considerado el padre de los juegos que nos permiten 'ser dios', construir universos, manejar a la humanidad a nuestro antojo.

Entre sus obras más reconocidas están  Populous, Black & White, Theme Park, The Movies y  Fable, de la que ha desarrollado una entrega para Kinect. Su extensa trayectoria ha sido reconocida con uno de los premios honoríficos entregados en Gamelab.

Durante su conferencia ante los asistentes a la feria internacional del videojuego, Molyneux ha afirmado no ser demasiado ‘fan’ de las sagas como creador y que prefiere desarrollar cosas diferentes. Sin embargo en torno a Fable ya lleva tres entregas y explica en un encuentro ante los medios que esto no le impide “tener muchas ideas diferentes”, algo que le “enloquece”.

Su charla ha llenado hasta los topes el auditorio de la cúpula de Las Arenas, en Barcelona. En ella hecho hincapié precisamente en la importancia de perseguir estas ideas y luchar por ellas hasta el final.

Fable: The Journey, no se ha dejado ver en Gamelab tras las críticas a la demo que recibió en el E3. Molyneux reconocía que a los “superiores” no les parecía una buena idea enseñarlo.

Sí que ha remarcado algunas de las bondades de jugar a Fable sin mando, como la forma de guiar al caballo o la de realizar los conjuros de magia. Todo ello, “sentado”, algo que el creador ha destacado como factor para poder disfrutar del ‘viaje’ en un estado relajado.

“Hay que tener una idea nueva dirigida a un grupo del que formes parte“

A los nuevos desarrolladores les aconseja que cuando tengan una idea que esta sea nueva, “que no exista”, y que cuando la tengan no esperen llegar a todo el mundo.

“Hay que pensar en una porción en concreto y tú formar parte de ese grupo”, explica. “Si estás apasionado por ese juego será más fácil que triunfe”.

Cuando llega el momento de ejercer de ‘gurú’, Molyneux sueña con “el videojuego que te implique a ti, como ser humano único”. 

Para explicar el porqué ve en esta idea el futuro pone el ejemplo de su hijo. “Cuando le cuento una historia para ir a la cama, le involucro en la misma. Esa historia es más poderosa que cualquier otra cosa, porque puedo ver cómo le afecta e ir cambiándola en función de eso”. Es decir, como jugar a ser Dios, pero con uno mismo.