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Rumbo a Gaza advierte que saldrán la semana que viene pese a la "campaña terrestre de Israel"

  • Los portavoces de la iniciativa han denunciado presiones pare evitar la partida
  • Aseguran que Israel lleva a cabo una "campaña de desprestigio"

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Santiago González (i), Manuel Espinar (c), y Teresa Aranguren, portavoces de la campaña Rumbo a Gaza.
Santiago González (i), Manuel Espinar (c), y Teresa Aranguren, portavoces de la campaña Rumbo a Gaza.

"Pueden rompernos otro barco pero la Flotilla de la Libertad estará la semana que viene en el Mediterráneo. Ni las amenazas de Israel ni la complicidad de nuestros gobiernos van a impedir que cerca de 500 activistas voluntarios emprendan rumbo a Gaza".

Son las palabras de Manuel Espinar, portavoz de la campaña "Rumbo a Gaza", este viernes en el Ateneo durante una rueda de prensa en la que se ha expuesto en qué estado se encuentra y cuáles son los planes de la Segunda Flotilla: "La situación es peligrosa. Desde hace semanas, incluso desde que comenzamos a organizar todo esto hemos sido objetivo de todo tipo de presiones para frustrar nuestros planes".

En este contexto, ha denunciado el papel que está desempeñando el gobierno de España, al que reclaman más apoyo: "Nos piden contención pero, ¿por qué es peligroso navegar por el Mediterráneo? Lo peligroso es que existe un país, que es Israel, que no respeta ninguna ley".

Campaña terrestre

Un total de 12 barcos tienen el objetivo de alcanzar las costas de Gaza para repartir 3.000 toneladas de ayuda humanitaria y, según sus planes, iban a encontrase entre el 30 de junio y 1 de julio. Pero ha sido lo que Espinar ha calificado de "batalla terrestre" con la que no contaban, la que ha obligado a que la salida de los barcos se haya tenido que retrasar.

Según ha explicado, la Segunda Flotilla ha sufrido sabotajes en dos de sus barcos. Uno de ellos, el Juliano, que está en Grecia y en el que han detectado daños en los ejes de las hélices y el otro, el irlandés MV Saoirse, con daños semejantes.

"Estábamos preparados para impedimentos en el mar, pero no contábamos con ellos ya antes de partir. Lo que han hecho ha sido serrar unos tubos de forma que no nos diéramos cuenta de que algo estaba mal. De este modo, el barco podría salir del puerto y, una vez en el mar, se hundiría. Todo esto nos ha obligado a tener que poner todos nuestros barcos 24 horas bajo vigilancia", ha explicado Espinar.

"Lo que no podíamos imaginar es que el Israelí, con su ejército, sus espías o sus servicios secretos pudiera llegar a donde ha llegado ya que los dos barcos dañados han tenido que serlo por profesionales", ha agregado.

Quizá mejor que hundir el barco en alta mar sea no dejarlo salir

Según defiende, la misión de la Flotilla de la Libertad es "una acción legal": "No entendemos que tengamos que estar escondiéndonos. ¿Cómo es posible que estemos en un mundo donde la legalidad civil si no se está agusto con determinados gobiernos pase a ser casi automáticamente ilegal?", se ha preguntado Espinar.

En este sentido ha recordado el "valor político" que tiene la Flotilla ya que en ella van banderas de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá e incluso una activista israelí residente actualmente en Huelva.

"Carga de denuncia"

Por todo ello, conscientes de los riesgos, en el caso de que ocurra algo han convocado yauna concentración a las ocho de la tarde ante la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, en la Plaza de Santa Cruz de Madrid, así como frente a las sedes de las delegaciones de Gobierno en el resto de España.

Por su parte, la periodista y también portavoz de la campaña Teresa Aranguren ha manifestado su malestar por esta situación que ha calificado de "campaña propagandística" para tapar la situación real en Gaza.

Recién llegada de Palestina, ha explicado cómo a ella misma no le han permitido entrar en Gaza pese a contar con el visto bueno del ejército israelí. Por ello, y en el contexto de esa batalla informativa israelí, ha asegurado que lo que buscará el gobierno será hacer como la situación en esa zona "es de normalidad" y que llevará a cabo todo tipo de técnicas para desacreditar toda iniciativa que, como la Flotilla, "pretenda denunciar lo que sucede".

"Quizá mejor que hundir el barco en alta mar sea no dejarlo salir. Pero no olvidemos que los que viajan en esa Flotilla son voluntarios que están defendiendo la dignidad de los seres humanos en el mundo".