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El Gobierno libio reconoce contactos con unos rebeldes divididos sobre el futuro de Gadafi

  • Algunos rebeldes defienden que Gadafi se quede en el país
  • Rusia y la OTAN no acercan posturas sobre la intervención militar

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El presidente ruso Dimitri Medvedev saluda al secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, en la cumbre de Sochi.
El presidente ruso Dimitri Medvedev saluda al secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, en la cumbre de Sochi.

El Gobierno libio ha reconocido que está manteniendo conversaciones con representantes de la oposición, aunque las posturas enfrentadas de ambos bandos, sobre todo en lo referente al futuro del líder Muamar el Gadafi, dejan pocas esperanzas de encontrar una solución rápida a la guerra civil.

Mientras Saif el Islam, el hijo de Gadafi, ha vuelto a insistir en que la salida de su padre, en el poder desde hace 42 años, no es negociable, los rebeldes mantienen que el dictador deber marcharse ya, aunque ya han comenzado a aparecer las primeras grietas en el principal grupo opositor, entre los que dejan la puerta abierta a que pueda continuar en el país pero fuera del Gobierno y los que se niegan rotundamente a cualquier concesión.

Un portavoz de la administración de Gadafi ha señalado que altos funcionarios del gobierno habían estado en conversaciones mediadas por potencias extranjeras en Italia, Egipto y Noruega, con figuras de la oposición para tratar de encontrar un acuerdo de paz, y que las conversaciones estaban todavía en curso.

Además, ha señalado que uno de los representantes de los rebeldes que participa en el diálogo es Younes Abdel Fattah al-Abidi, el exministro de Seguridad de Gadafi, que en febrero. Sin embargo, no está claro si las conversaciones se están llevando a cabo con el conocimiento o la aprobación de los líderes de los rebeldes del Consejo Nacional de Transición, el único representante legítimo del pueblo libio, según las potencias occidentales.

"En las últimas semanas y en varias capitales del mundo, altos funcionarios del Gobierno libio se han encontrado con miembros de la oposición para negociar salidas pacíficas a la crisis de Libia", señala el comunicado. "Otras negociaciones directas están teniendo lugar ahora".

El Gobierno abre "oficinas para la guerra santa"

Sin embargo, las acciones del régimen, que ha anunciado este lunes la apertura de "Oficinas para la yihad (guerra santa)" con el objetivo de reclutar voluntarios y voluntarias para enfrentarse a las milicias y fuerzas rebeldes y a la OTAN, no parece que se dirijan a encontrar una salida pacífica.

"El Comité General temporal de Defensa anuncia la apertura de oficinas para la yihad, para que se registren a los 'muyahidin' (guerreros santos) que formarán las fuerzas de los combatientes santos, constituidas por hombres y mujeres que emprenderán la lucha contra los cruzados (la OTAN) y las 'bandas de traidores' (los rebeldes)", asegura una breve nota difundida por la agencia de noticias libia, JANA, que también ofrece una lista de los centros de reclutamiento en Trípoli y otras ciudades que se encuentran bajo el control de las fuerzas fieles a Gadafi, como Al Zawiya, Zlitan o al Jums.

El levantamiento popular, que comenzó el 15 de febrero y se generalizó dos días después, desembocó en una guerra en la que las fuerzas rebeldes lograron hacerse con el control del este de Libia, desde donde, con la ayuda de la OTAN, acosan a las brigadas gadafistas, que se han hecho fuertes en el oeste del país.

Este anuncio se produce tres días después de que el régimen sirio organizara una multitudinaria manifestación en Trípoli durante la cual Gadafi aseguró a la televisión estatal libia que el pueblo sería capaz de llevar la guerra al Mediterráneo y a Europa.

"Vuestras casas, familias y oficinas se convertirán en objetivos militares legítimos como vosotros habéis hecho con nuestras oficinas, sedes, casas y niños", dijo Gadafi amenazante dirigiéndose a los líderes europeos.

La OTAN y Rusia, enfrentadas por la intervención militar

Por otro lado, el conflicto libio centra la reunión del Consejo OTAN-Rusia en el balneario de Sochi, donde el presidente sudafricano, Jacob Zuma, en calidad de alto representante de la Unión Africana, se ha reunido con el presidente ruso Dimitri Medvedev para fortalecer su postura contraria a la intervención militar de la OTAN en el país norteafricano.

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, por su parte, ha subrayado que la Alianza tiene "tres claros objetivos militares: el cese de los ataques contra los civiles y el retorno de las fuerzas de Gadafi a sus cuarteles para impedir tales ataques".

"Y al final el acceso inmediato y sin obstáculos de la ayuda humanitaria a los que la necesitan. Tenemos intención de continuar la operación hasta que esos planes no se logren en interés del pueblo libio", ha añadido.

Rasmussen ha negado antes del comienzo de la reunión que la Alianza esté violando el mandato internacional de la ONU con la operación militar en el país norteafricano.

"Nuestro mandato es evidente. Actuamos en el marco de la resolución 1.973 del Consejo de Seguridad que permite utilizar todas las fuerzas y medios posibles para prevenir la amenaza de ataque sobre la población civil", ha afirmado.

Mientras, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha llamado a la OTAN a no interpretar ampliamente las resoluciones del Consejo de Seguridad sobre Libia 1.970 y 1.973.

"Cualquier suministro de armas es una violación de la resolución 1.970 al igual que el envío de instructores para transmitir conocimientos militares. Todo esto está cubierto por el embargo de armamento", ha indicado.

Rusia ha acusado el domingo a los aliados de sobrepasar su mandato con los bombardeos del país norteafricano y su claro respaldo diplomático y logístico a los insurgentes.