La bicicleta que cambia de marchas con la mente
- Es un proyecto casero creado con componentes baratos
- Se utiliza un sistema cambio electrónico y dispositivos inalámbricos
- Lo más complicado es el software de entrenamiento que 'lee la mente'
La miniaturización, sofisticación y abaratamiento de los dispositivos modernos hacen que los 'manitas' aficionados a todo tipo de tecnologías puedan crear inventos a partir de componentes ya existentes en proyectos que a veces van más allá de lo que muchos podríamos imaginar.
Este es el caso del equipo de una empresa del mundo de la bicicleta de Brooklyn (Nueva York) llamada Prolly is not Probablly, que bajo una premisa del tipo "puedes desmontar cualquier aparato y programarlo para que haga lo que tú quieras" han transformado una bicicleta en un vehículo en cierto modo futurista.
Su creación es una bicicleta que se puede cambiar de marchas con la mente, y forma parte de un proyecto para un concurso de innovación tecnológica llamado Toyota Prius Projects, donde se presentan conceptos y prototipos, a cual más interesantes.
Cambios de marcha electrónicos
El proyecto de Prolly comenzó instalando un cambio de marchas electrónico en la bicicleta. Este tipo de cambios existe desde hace años y se instala en las bicicletas de gama alta; no precisa cables, los mandos desviadores son más cómodos y pueden situarse en cualquier lugar del manillar.
Los cambios de plato y coronas son precisos y silenciosos y los expertos aseguras que apenas fallan y crean una sensación totalmente diferente al pedalear.
Este sistema electrónico puede hackearse y controlarse con un dispositivo diferente en vez de con los mandos del manillar, que es lo que hizo el equipo del proyecto. Instalaron los cables bajo el sillín y añadieron un conector y un transmisor inalámbrico.
De esta forma el cambio de la bicicleta podía controlarse con cualquier aparato externo, como por ejemplo un teléfono móvil.
Un casco de control mental
El siguiente paso era añadir un casco de 'control mental'. Este tipo de cascos de película futurista son en realidad desde hace tiempo un gadget relativamente sencillo y barato – forman parte incluso de algunos juguetes.
“Si conseguimos que el software responda bien, tendremos una bici que cambiará de marchas con la mente“
Los sensores neuronales van instalados debajo de un casco de bicicleta convencional, de modo que además de servir de elemento de seguridad es capaz de detectar las señales del cerebro a través de un cable USB a cualquier aparato controlador.
Lo complicado de trabajar con estos aparatos es el software y el entrenamiento que requieren, pues incluso las funciones más básicas del cerebro son difíciles de 'descifrar' para los expertos.
Pero, como dicen los responsables del proyecto, "si conseguimos hacer que el cambio funcione y que el software responda bien, ya tenemos una bicicleta en la que se pueden cambiar las marchas con la mente".
Sería divertido comprobar qué 'sensaciones y pensamientos' hay que transmitir para que los engranajes actúen. Tal vez dentro de algunos meses lo sepamos.