La última misión del Atlantis y de los transbordadores espaciales de la NASA
- Las cinco naves de la flota volaron 135 misiones en treinta años de servicio
- Tras su retirada, la NASA se queda sin capacidad de lanzar astronautas
- Una tormenta tropical, con un 70% de probabilidades de lluvia, puede retrasarlo
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Todo está listo en la plataforma de lanzamiento 39A del Centro Espacial Kennedy para que el transbordador espacial Atlantis despegue este viernes, a las 17.26 hora de España, en la que será la última misión de estas naves.
Solo una tormenta tropical puede impedir el último vuelo del Atlantis, aunque los directores de la misión han decidido continuar la cuenta atrás para el lanzamiento, pese a las malas condiciones metereológicas previstas para este viernes, con un 70% de posibilidades de lluvias y tormentas.
Si se tuviera que aplazar el lanzamiento, la NASA podría volver a intentarlo este sábado, cuando las oportunidades favorables ascienden a un 40%, o el domingo, que alcanzarán el 60% de posibilidades de éxito. Si no, el lanzamiento quedaría aplazado, en principio, hasta el próximo mes de agosto.
Se trata en realidad de una especie de bis fuera de programa, ya que en realidad la última misión tenía que haber sido la STS-134, llevada a cabo por el Endeavour el pasado mes de mayo.
Y esto sólo porque su lanzamiento se retrasó varios meses para que diera tiempo a realizar una modificación de última hora al espectrómetro magnético Alfa, su carga principal, pues de lo contrario la última habría sido la STS-133, que voló el Discovery entre febrero y marzo.
“La última misión tenía que haber sido la STS-134 llevada a cabo por el Endeavour el pasado mes de mayo“
De haberse lanzado en el orden previsto, la STS-134 habría precedido a la STS-133 porque fue una misión añadida un poco a última hora, para evitar que el AMS se quedara en tierra por falte de transporte a la Estación Espacial Internacional, por lo que su número de misión no se correspondía con el orden de lanzamiento. Pero para misión añadida a última hora, la STS-135.
Desde la vuelta al servicio de los transbordadores espaciales tras el desastre del Columbia en 2003 las normas de seguridad de la NASA exigen que haya siempre un transbordador casi listo por si hiciera falta lanzarlo en una misión de rescate en caso de que otro de ellos resulte dañado en el despegue.
Afortunadamente, ninguna de estas misiones, de la serie STS-335 ha tenido que ser lanzada jamás, por lo que se aprovechaba el transbordador casi preparado para lanzarlas para llevar a cabo la siguiente misión normal de la flota.
Pero en el caso del Atlantis, preparado para haber llevado a cabo la misión STS-335 de rescate de la tripulación de la STS-134 de haber sido necesario, todo el esfuerzo y dinero invertidos en prepararlo habrían sido en cierto modo desperdiciados.
La última misión
Así que a la NASA se le ocurrió plantear la posibilidad de lanzar una misión más, la STS-135, por relativamente poco dinero más. Y tras recibir primero la autorización y luego la financiación pertinentes y coordinar con Rusia el uso de cápsulas Soyuz por si el Atlantis resultara dañado en el despegue, hoy estamos ante el cierre de una época en la investigación espacial.
El Atlantis tiene como principal objetivo en esta misión llevar suministros a la Estación Espacial Internacional a bordo del módulo logístico multipropósito Leonardo, que irá cargado hasta los topes con 16 racks, que es su capacidad máxima.
También dejará en la ISS los materiales necesarios para que el brazo robot de esta lleve a cabo una demostración de cómo en el futuro se podrían realizar misiones de repostaje de satélites artificiales automatizadas.
“La tripulación de esta misión es la más reducida desde abril de 1983“
De vuelta, se traerá una bomba de amoníaco estropeada del sistema de refrigeración de la Estación para que los técnicos puedan estudiarla en tierra y ver por qué se produjo el fallo.
No está previsto ningún paseo espacial durante la misión, aunque sus tripulantes se han entrenado por si fuera necesario llevar a cabo alguno para efectuar reparaciones en el escudo térmico de la nave.
La tripulación del Atlantis en esta misión, la más reducida desde la misión STS-6 de abril de 1983, está formada sólo Christopher Ferguson como comandante, Douglas Hurley como piloto, y Sandra Magnus y Rex Walheim como especialistas de la misión.
Esto es así por no haber otro transbordador disponible para rescatarlos, por lo que si fuera necesario tendrían que quedarse a vivir en la Estación Espacial Internacional e ir retornando uno a uno a lo largo del próximo año en las citadas cápsulas Soyuz.
Los éxitos del Atlantis
Es un digno fin para la carrera del Atlantis, que fue el primer transbordador en lanzar una sonda interplanetaria, la sonda Magallanes con destino a Venus en 1989 durante la misión STS-30, el primero en atracar en la estación espacial Mir durante el programa conjunto, y el que tiene el récord en cuanto al menor tiempo entre dos misiones consecutivas, sólo 50 días entre las misiones STS-51-J y la STS-61-B.
Pero si hay una misión por la que el Atlantis será recordado en su carrera, aparte de esta que pone fin al programa de los transbordadores espaciales, esta es la STS-125.
“Será recordado por la misión STS-125 en la que repararon el telescopio espacial Hubble“
La STS-125 fue la última misión programada de mantenimiento al telescopio espacial Hubble, durante la que sus tripulantes lo dejaron mejor que nuevo al sustituir algunos componentes estropeados o desgastados e instalarle nuevos instrumentos.
Fue una de esas misiones en las que queda claro que por muy espectaculares que sean los resultados que obtienen las sondas robot, a veces no hay nada que pueda sustituir a la capacidad humana para improvisar en el caso de que las cosas no vayan según lo previsto.
Por eso es también una lástima que después de este lanzamiento la NASA vaya a quedarse durante unos años sin medios para poner astronautas en órbita.