El juez del caso Faisán procesa a tres mandos policiales por colaborar con ETA
- Les procesa por revelación de secretos, encubrimiento o colaboración con ETA
- Investiga un presunto chivatazo que alertó a ETA de una redada en 2006
- El juez admite que el móvil del chivatazo no era colaborar con ETA
El juez Ruz, que investiga en la Audiencia Nacional el caso Faisán, procesará a los tres imputados del presunto chivatazo a la banda terrorista ETA, por revelación de secretos y colaboración con banda armada o encubrimiento, según informa la periodista de TVE Cristina Ónega.
Así lo ha acordado el magistrado, que investiga el chivatazo a ETA en 2006 que alertó a la banda de una operación policial contra su aparato de extorsión, y que ha dictado el procesamiento del exdirector general de la Policía Víctor García Hidalgo, el inspector de la Brigada de Información de Álava, José María Ballesteros, y el jefe superior de Policía del País Vasco, Enrique Pamiés.
Según la agencia Servimedia, el juez se inclina por tipificar los hechos como un delito de colaboración con organización terrorista. "Los tres policías ahora procesados pudieron filtrar a ETA detenciones inminentes que se iban a producir", señala el juez Ruz.
Ruz ha recabado, según la agencia, hasta 12 indicios contra los procesados. En concreto, destaca el conocimiento que tuvieron de la filtración a través de la baliza instalada en el vehículo de Joseba Elosua, dueño del bar Faisán de Irún (Guipúzcoa), presunto enlace del aparato de extorsión de ETA y la persona a la que se dio el "chivatazo".
Asimismo, el magistrado pone de manifiesto los cortes registrados en la cintas de vídeo que grabó las inmediaciones del bar Faisán el día que se produjo el soplo.
La agencia EFE informa de que el juez Ruz tomará declaración indagatoria a García Hidalgo, Pamiés y Ballesteros el próximo 19 de julio a partir de las 10:00 horas para comunicarles su procesamiento.
El móvil del chivatazo no era colaborar con ETA
El juez Pablo Ruz admite que el móvil del chivatazo que en 2006 alertó a ETA de una operación policial contra su red de extorsión en pleno proceso de negociación con la banda no ha podido acreditarse, pero descarta que la intención directa de los mandos policiales procesados fuera colaborar con los terroristas.
El juez entiende que, con independencia del ánimo o el móvil que guiara el chivatazo que avisó al dueño del Bar Faisán de Irún (Guipúzcoa), Joseba Elosua, de la operación contra ETA, el autor de las "revelaciones" debe tener necesariamente conciencia de estar llevando a cabo una acción que supone "una colaboración idónea y potencial" con las actividades de la organización terrorista.
En concreto, resalta que el interlocutor de la llamada que alertó a Elosua de la operación, le aportó al mismo tiempo diversas informaciones o "consejos" sobre cómo eludir el control policial, permitiendo la "continuación de su presunta actividad delictiva evitando su detención por parte de los funcionarios policiales".
Asimismo, indica que dicho interlocutor insiste en esa llamada en el carácter confidencial y secreto de la misma, "en conexión con la situación actual política" en relación con ETA, que había declarado un alto el fuego en marzo de 2006, así como con el proceso de conversaciones o "negociación" emprendido por el Gobierno.
El informe final de conclusiones que los investigadores policiales realizaron sobre el soplo a ETA, y que entregaron al magistrado, enmarcó el chivatazo en ese "proceso de negociación", sosteniendo que el móvil fue "político", extremo que el juez no confirma al asegurar en el auto que el móvil no ha podido acreditarse todavía.