El Gobierno portugués recorta los altos cargos y reduce a 20 días la indemnización por despido
- Las medidas son parte del plan para acceder al rescate de 78.000 millones
- La reforma laboral puede entrar en vigor este mes de septiembre
El Gobierno portugués ha aprobado este miércoles una reducción del 15% de altos cargos de la Administración y una reforma laboral que rebajará de 30 a 20 días por año la indemnización por despido en nuevos contratos.
Ambas medidas forman parte del plan para reducir el gasto público y sanear la economía que Lisboa se comprometió a aplicar a cambio del rescate financiero de 78.000 millones de euros que le concedieron en mayo la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Las reformas culminan un proceso que comenzó con la crisis política que obligó al exprimer ministro luso, el socialista, José Sócrates, a dimitir el pasado mes de marzo, al no conseguir en el Congreso de los Diputados, el apoyo necesario para aprobar el paquete de reformas.
Al término del consejo de ministros celebrado este miércoles, el secretario de Estado luso de la Presidencia, Luis Marques Guedes, ha informado de las dos decisiones, que en el caso de la reforma laboral será discutida la próxima semana en el Parlamento, aunque su aprobación está garantizada por la mayoría absoluta del Ejecutivo conservador.
Reducción de cargos antes del 26 de octubre
La eliminación de altos cargos en entidades públicas forma parte del llamado Plan de Reducción y Mejoría de la Administración Central, que se fija acabar, como mínimo, con el 15% de las "estructuras orgánicas" y puestos directivos en ministerios y entidades públicas.
El Gobierno portugués espera concluir esa disminución de personal el próximo 26 de octubre, según Marques Guedes, quien subrayó el empeño del Ejecutivo en la "racionalización" administrativa, y recordó que esta medida es parte del "exigente esfuerzo de ajuste presupuestario" comprometido en los acuerdos del rescate financiero.
En los próximos meses el Gobierno del primer ministro Pedro Passos Coelho tiene que aprobar las leyes necesarias para la extinción de los cargos y estructuras afectadas por la disminución de costes, aún no reveladas.
La reforma laboral entrará en vigor en septiembre
La otra medida aprobada este miércoles, la reducción de las indemnizaciones por despido, no afectará a los contratos ya en vigor ni a sus renovaciones.
Pero en el caso de contratos nuevos, la indemnización que prevé ahora el Código de Trabajo luso, de 30 días por año trabajado, pasará a ser de 20 días de salario base con un máximo de 12 meses.
Marques Guedes ha explicado que el Ejecutivo espera que la reforma laboral decidida este miércoles pueda estar en vigor en septiembre próximo.
No obstante el secretario de Estado ha puntualizado que los detalles de la nueva legislación laboral serán negociados con sindicatos y empresarios dentro del marco de la concertación social.
De esas conversaciones está también pendiente la constitución de un fondo para despidos, también aprobado hoy, que se basará en contribuciones de las empresas y garantizará el pago de la mitad de la indemnización.
Condiciones para el rescate
Además de estas medidas de reducción de costes en el sector público y las empresas privadas, el Gobierno conservador luso ha creado ya un impuesto al salario, equivalente a la mitad de la paga de Navidad, que se aplicará este año a todos los trabajadores por encima del salario mínimo, de 485 euros mensuales.
Passos Coelho, que sucedió al socialista Sócrates -en el poder desde 2005 hasta las elecciones del mes pasado- ha convertido en la mayor prioridad de su Gobierno el cumplimiento de las exigentes condiciones del rescate financiero de Portugal y la recuperación de la confianza en la economía lusa.
Pese a los 78.000 millones de euros que tiene garantizados los próximos tres años, Lisboa sigue muy presionada en los mercados de deuda, donde los intereses de sus bonos no han dejado de subir en los últimos meses y estaban hoy en torno al 20 % en los vencimientos a dos y tres años y a más del 12,3 en los títulos a diez años.
El Tesoro luso ha regresado al mercado de deuda y solo ha colocado 750 millones de euros, a tres y seis meses, del máximo de 1.000 millones previsto, aunque ha logrado mantener el interés al límite del 5% pese a una ligera subida respecto a la anterior subasta.