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Muere el primer preso en huelga de hambre en España en una cárcel de Teruel

  • Inició la protesta hace cinco meses y el juez ordenó su alimentación forzosa
  • Condenado a 13 años por violar a una menor, defendió siempre su inocencia

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Un recluso de la cárcel de Teruel, Tohuami Hamdaoui, de 41 años de edad, ha fallecido en el Hospital Obispo Polanco de la capital turolense tras haber permanecido en huelga de hambre desde hace cinco meses con el objetivo de que se revisara su condena.

El hombre, nacido el 1 de mayo de 1970 en Tamime (Marruecos), es el primer preso común que fallece en España a causa de una huelga de hambre voluntaria y a pesar de que tenía alimentación forzosa desde marzo, según ha publicado este lunes Heraldo de Aragón.

Mantenía su inocencia

Tohuami Hamdaoui estaba condenado a 13 años de cárcel, por una sentencia de la Audiencia Provincial de Alicante de febrero de 2003, por la violación de una menor y a tres años más por robarle un teléfono móvil, una diadema de plata y cinco euros. El recluso se declaró inocente de los hechos y dijo que se trataba de un error judicial, si bien nadie aportó nuevas pruebas que permitieran reabrir el caso.

Hamdaoui llegó hace un año al centro penitenciario de Teruel y hace cinco meses decidió iniciar una huelga de hambre. Conforme empeoró su salud, la dirección del centro decidió solicitar una orden judicial para alimentarlo de manera forzosa, lo que hacían desde marzo, pero no ha sido suficiente para salvar su vida.

En cuanto podía, el interno se arrancaba las sondas por las que le proporcionaban el alimento y la hidratación y se negaba a que se las pusieran, según publica Heraldo.es.

Pruebas confusas

Según publica este diario, las pruebas para incriminarle se basan a la declaración de la menor, agredida sexualmente con 13 años y que señaló a Hamdaoui en una rueda de reconocimiento cinco años después, en el testimonio de una testigo, que asegura haberle visto en la zona en la que se cometieron los hechos, y en un amigo del marroquí, que negó que estuviese con él en el momento de la agresión.

Por otra parte, según este diario, los jueces consideraron "irrelevante" que la única prueba biológica del caso, los restos de semen recogidos de la cazadora de la víctima, no correspondiesen con el ADN del acusado, ahora fallecido.