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El diseñador de los soldados imperiales gana el pulso judicial a George Lucas

  • El diseñador podrá seguir vendiendo réplicas de los trajes en Europa
  • No podrá exportarlas a Estados Unidos porque violaría la legislación vigente
  • El Supremo le da la razón en un contencioso que comenzó en 2004

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Réplica de un oficial de Star Wars fotografiados en un comercio de Londres en 2008
Réplica de un oficial de Star Wars fotografiados en un comercio de Londres en 2008

El Tribunal Supremo británico ha dado este miércoles la razón al diseñador de los uniformes de los soldados imperiales de la famosa saga cinematográfica "Star Wars" ("La Guerra de las Galaxias") en su largo contencioso judicial contra George Lucas.

La alta corte ha dictaminnado que Andrew Ainsworth, un ciudadano británico de 62 años que en 1977 diseñó los uniformes y cascos blancos de los malvados soldados del Imperio, podrá seguir vendiendo réplicas en Europa, informa la cadena BBC.

Estima que ello no infringe las leyes de propiedad intelectual británicas al no tratarse de obras artísticas. Sin embargo, ha decidio que Ainsworth no podrá exportar las réplicas en Estados Unidos porque allí sí violaría la legislación vigente.

Este proceso judicial se remonta a 2004, cuando la productora Lucasfilm presentó en Estados Unidos una demanda por 20 millones de dólares contra el diseñador de los uniformes imperiales, proceso que en 2008 se trasladó al Reino Unido.

Antes de que este miércoles se pronunciase el Supremo, dos tribunales de menor rango ya habían dado la razón en 2008 y 2009 al diseñador británico en la demanda presentada por Lucasfilm.

David vence a Goliat

Andrew Ainsworth vende desde hace ocho años réplicas de los trajes blancos, que fabrica en su estudio de Twickenham (oeste de Londres) con los mismos moldes e instrumentos que utilizó en 1977.

"Estoy orgulloso de ver que en el sistema legal inglés David le puede ganar a Goliat", ha señalado Ainsworth en un comunicado en referencia a su lucha contra Lucas, cuya fortuna está estimada en más de 2.000 millones de dólares.

Por su parte, un portavoz de Lucasfilm consideró que la decisión de la justicia británica "mantiene una anomalía", puesto que "trabajos artísticos y creativos diseñados para el cine pueden no tener protección en el Reino Unido.