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Breivik, al ser detenido: "Ya he terminado"

  • El autor confeso del doble atentado de Oslo no opuso resistencia
  • La policía noruega tenía orden de disparar contra él
  • El viernes volverá a ser interrogado y el juicio será en 2012

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Con las manos en alto, el arma a 15 metros de su cuerpo y diciendo: "Ya he terminado". Así se encontró la policía a al autor confeso del doble atentado de Noruega, Anders Behring Breivik, tras haber matado a 68 personas.

Por su parte, el equipo que se desplazó hasta la isla de Utoya tenía orden de disparar contra él, algo que finalmente no fue necesario al comprobar que estaba desarmado. Por ello, se limitaron a gritarle: "¡Policía, estamos armados!", algo que tampoco parece que le inquietara ya no dejaba de hablar en ningún momento y, tras quedar rodeado por los agentes se entregó sin presentar ningún impedimento.

Según fuentes de las fuerzas de seguridad citados por la agencia noruega NTB, los efectivos de la unidad de elite que acudieron a la isla, llegaron a apuntar con sus armas al autor de la masacre.

"Le gritamos que éramos policías armados para llamar su atención. De pronto lo tuvimos ante nosotros, con los brazos en alto sobre la cabeza. Su arma estaba 15 metros detrás de él y lo detuvimos con toda normalidad", explicaba el pasado miércoles un miembro de ese comando, Jacob Baertnes, en conferencia de prensa.

El juicio, en 2012

Las declaraciones del autor confeso del doble atentado es algo que se ha conocido este viernes aunque ninguna fuente oficial ha querido aportar más datos del mismo modo que no han querido aportar más detalles acerca de cómo se procedió al arresto ni tampoco se pronunció respecto a una supuesta demora hasta que las fuerzas de seguridad llegaron a la isla.

La operación policial ha sido objeto de crecientes críticas, ante el goteo de informaciones aparecidas según las cuales los agentes no llegaron con la celeridad debida porque no tenían un bote a punto, según unos medios, o a que no pudieron utilizar un helicóptero por razones presupuestarias, según otros.

Breivik estuvo disparando sin parar e indiscriminadamente durante más de una hora mientras los asistentes a la reunión, adolescentes en su mayoría, trataban desesperadamente de huir, lanzándose a las aguas del fiordo, o de esconderse en el bosque.

Por otro lado, el viernes volverá a ser interrogado y finalmente el juicio comenzará el año que viene debido a la complejidad del caso, según ha asegurado este jueves el Fiscal General noruego, Tor-Aksel Busch.

Según declaraciones del letrado a la emisora NRK, el caso es tan amplio que elaborar el sumario llevará bastante tiempo, por lo que la acusación podrá ser formulada "como más pronto a principios del año que viene".

El Fiscal General ha subrayado que hay todavía muchos puntos sin esclarecer y que por respeto a las víctimas y a los afectados, la investigación está siendo muy exhaustiva.

Múltiples posibilidades

"La policía está peinando tanto la isla de Utoya como el edificio gubernamental para hallar pruebas. Además, muchos de los que sobrevivieron están siendo interrogados, todo ello con el fin de saber lo máximo posible de lo que ocurrió", ha indicado.

Además, ha expresado su esperanza de que la gente comprenda que se trata de un "trabajo laborioso" y que aquí, al igual que en otros casos de asesinato, la investigación debe ser exhaustiva.

El pasado martes, el fiscal de la Policía noruega, Christian Hatlo, adelantaba la posibilidad de imputar a Breivik "crímenes contra la humanidad", con lo que podría ser condenado a hasta 30 años de cárcel, frente a la pena máxima de 21 años que prevé el código penal noruego.

"Por supuesto que lo estudiaremos detenidamente", ha declarado Busch, quien además ha agregado que en la fase actual lo más apropiado sería imputarle cargos por terrorismo.

El abogado de Breivik, Geir Lippestad, ha sugerido ese mismo martes que su defendido "está loco" y vive en un mundo paralelo.

"Todo este caso apunta a que él está loco", ha señalado el letrado en un encuentro con los medios en el que ha relatado públicamente los primeros contactos con el ultraderechista e islamófobo Breivik.

Lippestad ha apuntado que "aún es demasiado pronto" para hacer cualquier valoración definitiva sobre el estado mental de su cliente y remitió a los exámenes psicológicos que le van a practicar en los próximos días al menos dos especialistas.