Breivik quiere que estudien su estado mental psiquiatras japoneses porque "le entienden mejor"
- Defiende que los japoneses sienten el honor como él
- Su abogado cree que no se opondrá al análisis de su estado
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El autor confeso de los atentados de Noruega, Anders Behring Breivik, ha vuelto a dejar claras sus exigencias pese a estar detenido y ha pedido ser evaluado por un psiquiatra japonés, ya que, según ha explicado su abogado, considera que tienen una mayor "capacidad para comprenderle" que cualquier otro letrado europeo.
"Mi cliente pide un experto de Japón. Considera que un japonés entenderá mejor que un europeo su modo de entender el significado y el sentimiento de honor", ha declarado Geir Lippestad al periódico Dagens Naeringsliv.
A pesar de la exigencia de su cliente, Lippestad, que había declarado que "todo indica" que su defendido "está loco", ha puntualizado que Breivik no se opondrá al análisis de los expertos noruegos.
Vigilancia constante
El fiscal de la Policía noruega Pal-Fredrik Hjort Kraby había anunciado el pasado viernes que dos psiquiatras forenses comenzarían esta semana a estudiar el estado mental de Breivik para determinar -antes del 1 de noviembre- si puede ser declarado penalmente responsable.
Por otro lado, Breivik está bajo estricta vigilancia las 24 horas del día por temor a una posible huida, intento de suicidio o incluso actos de venganza, según informa este mismo diario.
Las medidas de vigilancia por parte de la dirección del centro penitenciario de Ila, al oeste de Oslo, donde Breivik permanece aislado en una celda de siete metros cuadrados, incluyen el análisis de su comida para detectar la posible presencia de veneno.
Más allá de este centro penitenciario, en Noruega continúan este martes los entierros de la víctimas del doble atentado.
El primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, tenía previsto acudir al entierro de Mona Abdinur, de 18 años, en el cementerio de Oslo.
La joven musulmana es una de las 69 víctimas de la isla de Utoya, a 40 kilómetros de la capital, donde el ultraderechista e islamófobo Breivik disparó contra los participantes de un campamento de las juventudes socialdemócratas.
Previamente había hecho explosionar un coche bomba en el distrito gubernamental de Oslo que dejó ocho muertos.