¿Qué me pasa, doctor?
- El libro El médico en el cine analiza la figura del doctor en el celuloide
- Desde Doctor Zhivago hasta el cirujano vengativo de La piel que habito
Ficha técnicaFicha técnica
T&B EDITORES
Autor: Benjamín Herrreros
Año de edición:2011
Páginas:296
Formato:RÚSTEGA
Materia:
Géneros cinematográficos
De los médicos en el cine conocemos muchas caras diferentes: desde los villanos-‘matasanos’ que fuerzan sin descanso los límites morales, hasta los héroes capaces de sacrificar su propia vida por el bienestar de sus pacientes, y en defensa de unos valores grabados a fuego por el juramento hipocrático.
Un ejemplo es la interpretación de Omar Shariff encarnando al carismático doctor Yuri Zhivago en la inolvidable Doctor Zhivago (1965). Su rol ya forma parte de la historia del séptimo arte por méritos propios: el filme muestra el arquetipo de médico íntegro, culto, valiente y coherente con su ideario.
Médicos de cine
La evolución del papel del doctor en las películas a través del tiempo es patente, y corre pareja al propio desarrollo de la sociedad.
Desde el terror científico de los años 20 en filmes como El Gabinete del Doctor Caligari, al médico- héroe de los años 50- William Holden interpretó en Misión de audaces (1959) a un galeno que no dudaba en atender a los enemigos heridos porque “antes que soldado soy médico”, hasta los profesionales ambiguos y dudosos que caracterizan los filmes de los 70, cuando ya la autoridad médica comienza a ser cuestionada y se introducen figuras en defensa de los pacientes como el “conocimiento informado”.
“El cine busca historias con impacto vital y la enfermedad posee una carga dramática, que a veces cambia la vida de las personas; por eso la figura del médico es importantísima”, analiza el doctor Benjamín Herreros sobre la irresistible atracción entre medicina y ficción cinematográfica.
“Doctor Zhivago representa al médico ejemplar“
Herreros, médico internista, profesor universitario de bioética, y apasionado cinéfilo, ha consagrado una década a recopilar los casos que forman parte del libro El médico en el cine. Anatomía de una profesión (Editorial T&B), en el que radiografía, en un relato salpicado de anécdotas, la importancia de los doctores en el mundo del celuloide.
El autor también utiliza los filmes como pedagogía en imágenes: “A mis alumnos les muestro películas como Las confesiones del Doctor Sachs (1999), que narra las aventuras de un médico rural francés que escucha sin descanso los problemas de sus pacientes, para que aprendan sobre la carga emocional y los conflictos éticos que tendrán que soportar”, explica.
El caso de La Piel que habito
Conflictos éticos que se reproducen en el guión de la última película de Pedro Almodovar, La piel que habito (2011), en la que un cirujano plástico interpretado por Antonio Banderas traspasa todos los límites por venganza.
Benjamín Herreros ha asesorado al cineasta manchego en el tratamiento médico que impregna todo el filme: “Es una película compleja que plantea temas de ingeniería genética que nunca antes se habían llevado al cine”, recuerda el doctor, y señala que el tema sanitario ya ha sido tocado por el director porque “en muchas de sus películas aparecen partos”.
“La piel que habito plantea temas de ingeniería genética“
En la filmografía patria, curiosos son los casos de médicos metidos a cineastas como Julio Medem, o la característica figura del doctor en los largometrajes de José Luis Garci que representa a “galenos entrañables, al estilo John Ford, aunque a veces alcoholizados”, reflexiona Herreros, que profundiza en su teoría sobre la influencia social del cine: “El debate sobre la eutanasia se despertó en España en 2004, el año que se estrenaron Mar Adentro y Million Dollar Baby, películas que abordan el suicidio asistido. Lo mismo que sucedió en 2007 con el aborto, gracias a películas como Juno o 4 meses, 3 semanas, 2 días”, explica el autor de Anatomía de una profesión.
Mención aparte merece, el actor Harrison Ford, que ha interpretado en varias ocasiones a profesionales del mundo sanitario. Ford es un médico tanto en Frenético (1988) como en El Fugitivo (1993). Más coincidencias: en ambos papeles realiza el papel de un cirujano cardiovascular llamado Richard.
¿Y cuál es su médico de cine favorito?- le preguntamos a Benjamín Herreros- “Sin duda, Doctor Zhivago, representa todo lo que un doctor querría ser; es el médico ejemplar”, concluye.