Bono se muestra abierto a un gobierno formado por PSOE y PP, por el interés de España
- Considera que los intereses de España están "por encima" de los partidistas
- Dice que puede no ser bueno para PSOE y PP pero sí para España
- Defiende la devolución de competencias, si no se pueden pagar
El presidente del Congreso, José Bono, se ha mostrado este viernes partidario de un Gobierno formado por PSOE y PP porque, a su juicio, los intereses de España están "por encima" de los intereses partidistas y ha advertido a todas las formaciones de que quienes sólo busquen la "golosina electoral" pagarán "peaje".
En declaraciones a Onda Cero recogidas por Europa Press, Bono ha defendido la necesidad de un acuerdo entre todos los partidos y, aunque ha reconocido que "hay nervios electorales", ha sostenido que en estos momentos hay necesidades "mucho más importantes". "Aquellos que están solo por la golosina electoral pagarán peaje, sean del PSOE o del PP", ha advertido.
"Soy partidario de que se entiendan PSOE y PP y no me da vergüenza decirlo aunque estemos cerca de elecciones -ha insistido-. En Alemania se entendieron derecha e izquierda y no estaban tan mal como estamos en España. Es patriótico entenderse y yo soy partidario hasta de que se gobierne juntos cuando es posible. A lo mejor no sería bueno para PSOE o PP, pero sería bueno para España y los españoles se lo merecen".
El presidente del Congreso ha reconocido que realiza esta petición desde hace tiempo y no tiene "mucha audiencia", pero aún así ha insistido en que "España es más importante que PSOE y PP" y ha reconocido que, para él, es necesario "estar con el país antes que con el partido".
Positivo, fijar un calendario electoral
En este punto, ha explicado que vio positivo que el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, anunciase el calendario electoral para frenar las especulaciones y, dado que ya no será posible tener listos los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el 1 de enero del próximo año, ha restado importancia a que los comicios se celebren en noviembre o se adelanten a octubre como piden los 'populares'.
"Que haya diferencia de días no es significativo electoralmente", ha reiterado antes de bromear sobre el hecho de que este baile de cifras sólo importa "a los 500 o 500.000 neurotizados por la política" y no a la mayoría de los ciudadanos, que están preocupados por el empleo, las hipotecas o "el colegio del niño".
Para Bono, quienes piden que se adelanten aún más las elecciones "se equivocan" porque un cambio de gobierno "no significa que se vaya a resolver la crisis de la noche a la mañana", algo que demuestra la situación de Portugal o Irlanda.
A su juicio, los dirigentes 'populares' están "extremadamente nerviosos" porque piensan que pueden lograr su objetivo de llegar al Palacio de La Moncloa pero temen que suceda lo mismo que en el año 1993, cuando "pensaban que estaba todo ganado y después perdieron".
Por ello, ha apoyado a la coordinadora del Comité Electoral del PSOE, Elena Valenciano, y ha explicado que, aunque él tiene una buena relación con el líder del PP, Mariano Rajoy, en el Congreso hay "jabalís" que "destrozan los trigales y no alimentan ni siquiera su propio cuerpo". "Es cierto que los líderes a veces piensan que lo mejor es hablar como el Tartufo y luego hay otros que echan por la calle de en medio y tratan de arrasar con lo que se pone por delante", ha enfatizado.
Replantearse el reparto competencial
Bono también ha hecho referencia al déficit de las administraciones y ha defendido la necesidad de contener el gasto, además de que, a su juicio, España debe replantearse "el café para todos". "Aunque suene a herejía, habrá que plantearse que no podemos tener 17 defensores del pueblo, del mayor y del menor o 17 tribunales de cuentas y consejos económicos y sociales", ha subrayado antes de insistir en la necesidad de aplicar recortes en la estructura administrativa de España.
Además, en cuanto al debate abierto sobre la devolución de competencias, ha recordado que él como presidente de Castilla-La Mancha pidió transferencias, pero ha reconocido que quizá ha llegado el momento de "volver a la fórmula del sentido común". "Yo soy partidario de que haya educación y sanidad, y si un gobierno no puede administrarlas tendrá que devolverlas, por supuesto", ha asumido.