La agencia S&P rebaja la calificación de EE.UU. y su deuda pierde por primera vez la nota máxima
- La entidad considera insuficiente el plan del Congreso para evitar el impago
- Desde la creación de las agencias, EE.UU. siempre había conservado la AAA
La coyuntura en EE.UU.
Las cuentas de EE.UU. sufrieron duramente las consecuencias de la recesión en la que se sumergió el país entre finales de 2007 y mediados de 2009. Desde entonces, la economía se ha recuperado pero las finzanzas públicas no se han estabilizado.
Según estimaciones del FMI, EE.UU. cerrará este año con cerca del 9% de déficit, solo superado entre los países del G-20 por Japón. A título comparativo, España prevé limitar su déficit al 6%.
La deuda acumulada por el estado federal hasta esta pasada semana ascendía a 14,3 bllones de dólares, límite se ha elevado en dos billones más.
Standard & Poor's ha rebajado, por primera vez en la historia de las grandes agencias de calificación, la nota de la deuda estadounidense. La Administración Obama ha criticado inmediatamente el informe.
En concreto, la deuda de la primera potencia económica ha pasado de la máxima calificación, AAA, al siguiente peldaño, AA+. La decisión se produce tres días después de que el Congreso de EE.UU. y la Casa Blanca llegaran a un acuerdo in extremis para evitar el primer impago del país en muchas décadas.
Según el informe de S&P [pdf], ese plan de consolidación fiscal “se queda corto para estabilizar la dinámica de deuda a medio plazo”. La agencia, que también ha evocado "riesgos políticos", tampoco ha eliminado la perspectiva "negativa" en su calificación de la deuda estadounidense a largo plazo, lo que significa que su siguiente movimiento sería otra rebaja.
Acusaciones cruzadas
La reacción del gobierno no se ha hecho esperar. Un portavoz del Departamento del Tesoro citado por los grandes medios del país ha descalificado los cálculos de la agencia que mantenía la matrícula de honor a EE.UU. desde su creación en 1941. “Un informe con un error de dos billones de dólares habla por sí mismo”.
Esos cálculos no aparecen en el informe publicado por S&P, aunque según las fuentes gubernamentales, habían sido incluidos en la comunicación remitida previamente durante la jornada por la agencia al Tesoro (en medio de rumores en ese sentido en Wall Street) y se referían a gastos "discrecionales" del Estado que se pueden cambiar sin modificar ninguna ley, informa AFP.
Así las cosas, las emisiones del Tesoro de EE.UU., que históricamente se han considerado las más seguras del mundo, están peor valoradas por S&P que las de 16 países que mantienen la triple A, entre ellos Alemania, Reino Unido, Francia o Canadá.
Consecuencias impredecibles
Las otras dos grandes agencias de calificación, la decana Moody's (creada en 1917) y Fitch, que semanas atrás también amenazaron con bajar la nota de EE.UU., han ratificado su máxima calificación en los últimos días, informa Efe.
Sin embargo, y pese al acuerdo, los mercados habían reaccionado con escepticismo y la Bolsa de Nueva York acumuló esta semana un fuerte retroceso del 5,75%, el mayor desde marzo de 2009, según la misma agencia.
Pese a ello, puede tener más repercusiones, difíciles de predecir, ya que las emisiones del Tesoro estadounidense se utilizan como referencia para multitud de transacciones, amén de ser un refugio de los inversores menos arriesgados. La consecuencia más probable es una rebaja en cadena de las calificaciones de otras administraciones del país y organismos públicos, e incluso de socios preferentes como Israel y Egipto que han emitido deuda garantizada por EE.UU.
Con todo, analistas de la cadena de información financiera CNBC anticiparon esta semana que la rebaja sería más que nada una “humillación que causaría daños psicológicos", según AFP.
Un sector en el disparadero
Las agencias de calificación asignan grados a las emisiones de bonos de las administraciones públicas y grandes empresas, que pagan por ello. La calificación AAA es la más alta para todas ellas y significa que el impago es una posibilidad extremadamente baja.
La actividad de estas compañías es objeto de grandes críticas desde el estallido de la crisis financiera en 2007, que no previeron. El propio FMI asegura que las agencias “usan y abusan del poder que tienen” y “necesitan una supervisión más estricta”.
Tribunales de diversos países, incluido España, han abierto investigaciones sobre varias de sus prácticas al respecto a instancias de la sociedad civil. Italia acaba de efectuar esta semana registros en las oficinas de S&P.
Las agencias alegan que solo emiten opiniones cuyos efectos dependen de la importancia que le den los inversores.