Los radicales de Al Shabab abandonan sus posiciones del frente de Mogadiscio
- Lo han confirmado fuentes del grupo rebelde y del Gobierno de Transición
- Controlaban el 40% de la capital somalí, pero su presencia se ha debilitado
Los radicales islámicos de Al Shabab, vinculados a Al Qaeda y que luchan por instaurar la Ley Islámica en la región, han abandonado sus posiciones del frente de la capital de Somalia, según han confirmado este sábado fuentes del grupo rebelde y del Gobierno de Transición del país.
El portavoz del Gobierno de Transición, Abdirahman Omar Osman, ha asegurado en un comunicado emitido a través de la emisora gubernamental Radio Mogadiscio, que "los combatientes de Al Shabab huyeron de sus posiciones en dirección a ciudades del sur de Somalia", donde el grupo controla gran parte del territorio.
“Los rebeldes de Al Shabab han huido de sus posiciones“
"Los rebeldes de Al Shabab han huido de sus posiciones para escapar de la ofensiva de las fuerzas del Gobierno, y serán ocupadas por nuestros efectivos, aunque tendremos cuidado para evitar los explosivos que hayan podido dejar", añade Osman en el comunicado.
Un portavoz de Al Shabab ha asegurado a la radio Al Andalus que "tras un largo debate, se ha decidido llevar a cabo un cambio en la táctica de guerra y sacar a los efectivos de Mogadiscio". "Pero seguiremos luchando dentro de Mogadiscio y en el resto de las ciudades que controlamos", agregó el representante de Al Shabab.
La presencia de Al Shabab, debilitada
Hasta ahora, Al Shabab controlaba el 40% de la capital somalí, pero su presencia se ha debilitado en los últimos dos meses, después de que el máximo líder de Al Qaeda en Somalia, Fazul Abdulla, muriera tras ser disparado en un control de las fuerzas gubernamentales.
Varios cientos de combatientes extranjeros luchan en las filas de Al Shabab para derrocar al Gobierno Federal Transitorio de Somalia, respaldado por la comunidad internacional, y crear en este país un estado musulmán radical de corte wahabí.
Somalia vive en una permanente guerra civil y carece de un Gobierno efectivo desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país en manos de señores de la guerra tribales, milicias islámicas e incluso de bandas de delincuentes armados.