Las bolsas asiáticas caen más del 2% pese a los mensajes de calma del G7 y BCE
- El índice de Nikkei de Tokio cierra la sesión con una bajada del 2,18%
- Primera jornada bursátil tras la rebaja de la nota de la deuda de EE.UU.
- El oro, valor refugio, marca records mientras el euro se apreciaba ligeramente
Las bolsas asiáticas han cerrado este lunes con pérdidas moderadas por la incertidumbre, tras la histórica rebaja de la nota máxima de la deuda de Estados Unidos en un escalón por parte de Standard & Poor's (S&P) a última hora del viernes, en la que las ventas eran masivas.
La más importante, el índice Nikkei de Tokio, ha finalizado la sesión con una bajada del 2,18%. En otras plazas, sin embargo, las pérdidas eran mayores: Seúl ha cerrado con pérdidas del 3,82%.
Hong Kong ha cerrado con pérdidas del 2,17% o 455,57 puntos después de desplomarse a media sesión casi el 4%, por lo que ha dejado al índice Hang Seng en 20.490,57 enteros; y Bombay caía el 3%.
El índice Kospi del mercado surcoreano ha cerrado la sesión con una pérdida de 74,30 puntos, el 3,82%, con 1.869,45 unidades, mientras que el indicador de valores tecnológicos Kosdaq ha caído 32,86 puntos, un 6,63%, con 462,69 puntos.
Además, la Bolsa de Shanghái se ha hundido 99,61 puntos, un 3,79%, por lo que se coloca en 2.526,82 puntos después de haber caído un 2,15% en la última jornada de la pasada semana. Así, acumula pérdidas cercanas al 6% en los dos últimos días de negocio.
El otro mercado de valores de China, en Shenzhen, ha caído un 3,33% y terminado en 11.312,63 puntos. El volumen de negocios en Shanghái fue de 117.600 millones de yuanes (12.740 millones de euros, 18.290 millones de dólares), cifra considerablemente superior a la de la sesión anterior.
Los inversores se han dejado llevar por los temores a que la economía mundial recaiga en una recesión como la que desencadenó la quiebra del Lehman Brothers en septiembre de 2008, lo que hizo que el Kospi llegara a desplomarse puntualmente un 7,4%.
Consecuencias de la rebaja de calificación crediticia en EE.UU.
Tanto los inversores minoritarios como las grandes instituciones han sucumbido al pesimismo sobre la marcha de la economía estadounidense y la crisis de deuda de la zona del euro.
Los analistas han indicado que una gran parte de las ventas de acciones la jornada se deben al "impacto psicológico" que ha tenido la rebaja de la calificación de la deuda de Estados Unidos el viernes, al pasar del AAA a AA+ por primera vez en 70 años.
Según el director general de S&P, John Chambers, la rebaja de la calificación crediticia en Estados Unidos "podría repetirse de aquí a dos años".
En plena caída libre de las cotizaciones, el operador de la Bolsa de Seúl ha decidido suspender temporalmente las negociaciones después de que el Kospi 200 perdiera más de un 5% y el indicador Kosdaq se dejara más de un 10% durante más de un minuto.
Por su parte, la moneda surcoreana, el won, se ha depreciado fuertemente frente al dólar y perdido 15,1 unidades, por lo que la moneda estadounidense se intercambia a 1.82,5.
Aunque los mercados de divisas no registraban grandes cambios, los inversores siguen siendo escépticos ante los anuncios del BCE y el G7.
Justo antes de la apertura de los mercados asiáticos, el G7 ha emitido un comunicado para anunciar su "compromiso a realizar una acción coordinada en caso necesario, para asegurar la liquidez y apoyar el funcionamiento de los mercados financieros, la estabilidad financiera y el crecimiento económico", al tiempo que calificaban de "injustificada" la presión que han sufrido en los últimos días la deuda de Italia y España.
En los mercados de divisas, las oscilaciones no han sido alarmantes. El euro se apreciaba ligeramente frente al dólar (apenas un centavo respecto al cierre del viernes). Más movido era el mercado del petróleo puesto que en Asia, el barril de referencia se depreciaba a media sesión más del 2,5%.
Por su parte, el oro, un valor considerado refugio, marcaba un récord y cotizaba por encima de 1.700 dólares la onza por primera vez en la historia.
Las autoridades, en alerta
Previamente, a última hora del domingo, el BCE había anunciado precisamente que este lunes compraría deuda pública de Italia y España si era necesario, tras aplaudir las últimas medidas contra el déficit anunciadas por ambos gobiernos, Roma el viernes y Madrid este mismo domingo.
En este caso, la mayor novedad anunciada por la vicepresidenta de asuntos económicos, Elena Salgado, es el adelanto que impondrá a las grandes empresas en el pago del impuesto de sociedades.
En un comunicado conjunto, los mandatarios de Alemania y Francia, Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, también se felicitaron por las medidas anunciadas por Italia y España, pero les urgieron a ponerlas en marcha.