Un rayo parte la 'nube de computación' de Amazon y afecta a miles de sitios web en Europa
- El problema comenzó con un incendio provocado por un rayo
- Afectó a otras empresas además de Amazon, especialmente a Microsoft
La experiencia muestra la fragilidad de los servicios de computación en nube
Un fallo de suministro eléctrico en la ciudad de Dublín (Irlanda) hizo que este domingo, hacia las 20.00 hora peninsular española, los servidores de Amazon que alojan páginas web y servicios de buena parte de Europa dejaran de funcionar.
El rayo había provocado una explosión y un incendio en una subestación eléctrica cercana al centro de datos de la compañía: aunque los sistemas eléctricos y de respaldo actuaron, no se comportaron como estaba previsto y sufrieron al poco tiempo un fallo total.
El resultado fue que ese rayo de una tormenta veraniega partió la nube de computación de Amazon -un servicio muy distinto de sus tradicionales tiendas electrónicas pero al que lleva años dedicándose con gran éxito.
Más de mil sitios web
Además de unos mil sitios web europeos que están allí alojados también las tiendas de Amazon en Reino Unido y Alemania 'mordieron el polvo'.
Aunque algunos de estos servicios se recuperaron unas pocas horas después, la compañía no había conseguido a primera hora de la mañana del lunes reactivar la totalidad de los servicios.
“A primera hora del lunes, la compañía no había conseguido reactivar la totalidad de los servicios“
Debido a la forma en que se reinician y comprueban los servidores, se recuperan las copias de seguridad y otros procesos, Amazon ha anunciado que algunos sitios pueden necesitar de otras 24 a 48 horas para volver a estar funcionando normalmente.
El progreso de las operaciones puede seguirse en la web de soporte status.aws.amazon.com (pestaña Europa, observando el color de los iconos y los detalles de las explicaciones).
¿Seguridad en la computación en nube?
No es la primera vez que un problema de esta magnitud afecta a Amazon y a su nube de computación y servicios relacionados, entre ellos de alojamiento, bases de datos y demás.
El pasado mes de mayo un error humano provocó la caída de un otro gran número de servidores alojados en sus centros de datos.
Todo lo que pudo hacer la compañía fue documentar el problema con detalle una vez hubo acabado la emergencia, y devolver parte del dinero a los clientes en forma de descuentos en la factura mensual.
En el mismo centro de datos de Dublín en el que Amazon aloja su nube para Europa también fueron afectados servidores de Microsoft que forman parte de sus servicios en línea europeos, conocidos como BPOS (Business Productivity Online Standard Suite), que son básicamente versiones 'en la nube' del servidor de coreo Exchange y herramientas como Office o SharePoint.
El efecto para sus clientes fue tal vez menor debido a que Microsoft los recuperó a las pocas horas y el evento sucedió en la tarde-noche de un domingo de verano, no en la mañana de un ajetreado día laborable.
Otros peligros para quienes viven en las 'nubes'
Desde que la computación en nube comenzó a popularizarse hace algunos años, los expertos han advertido sobre algunos de los peligros de la dependencia de un proveedor externo único frente a la forma tradicional de entender los sistemas informáticos y su administración.
Por un lado están problemas como el de este fin de semana en Dublín, en los que un imprevisto doblega incluso a los mejor diseñados sistemas y los desactiva o hace comportarse de forma inesperada o errática, inutilizándolos en la práctica.
“Los expertos han advertido sobre la dependencia de un proveedor externo único“
Este problema en realidad no sería muy distinto si una empresa mantuviera sus propios servidores en otro centro cualquiera al que le cayera un rayo, pero normalmente en esos casos se gestionan copias de los mismos sistemas en varias ubicaciones para evitar problemas en un punto concreto -y especialmente se dispone de sistemas de control para cambiar de unos a otros de forma independiente.
Los fallos humanos son otros de los peligros, y como muestra lo ocurrido hace unos meses a Amazon, pero de lo que no han estado exentas otras empresas como Google o Microsoft.
En esas ocasiones el diseño de los sistemas es correcto, pero la torpeza humana supera siempre todas las previsiones y es capaz de echar por tierra el trabajo de meses o años. El problema para las empresas, en este caso, es saber elegir el proveedor más adecuado y con ingenieros más capaces para conducir «sus naves», evitando los servicios sin garantías u ofrecidos por proveedores inexpertos.
Seguridad y privacidad
Los problemas de seguridad y privacidad son tal vez el mayor de todos estos problemas. Recordemos los relativamente recientes problemas de seguridad de Sony y otras empresas a las que hackers y crackers han robado información y datos personales.
Si una empresa confía absolutamente todas sus aplicaciones y datos para que otra lo aloje, ¿está siguiendo la estrategia más cauta en cuanto a seguridad?
El problema no es a veces tanto que alguien pueda atacar a sus servidores -que suelen estar bien protegidos, tanto técnicamente como físicamente en ubicaciones protegidas- como el hecho de que haya un número de personas indeterminado que tenga acceso a ellos y pueda acceder de forma maliciosa.
Intervenciones legales y políticas
Tampoco son un tema que se deba ignorar, pues desde hace tiempo en diversos países del mundo muchos sitios de Internet y sus creadores son perseguidos por diversas razones: motivos políticos, cuestiones legales relacionadas con las leyes de propiedad intelectual, publicación de información en contra de los intereses de gobiernos de todo tipo.
“Usuarios y empresas son exploradores en terrenos desconocidos cuyos escenarios y peligros no se han presentado en su totalidad“
El aguante de los servidores en los que esa información está alojada es el mismo que el aguante del departamento legal de la empresa en que están físicamente ubicados: ese puede ser a veces el más frágil de todos ellos, y no hace falta un rayo para quebrar algunas voluntades en según qué sitios.
En la actualidad vivimos tiempos interesantes en los que los avances en computación permiten disponer de una potencia y capacidad de alojamiento casi infinitas en los servicios en la nube a precios más que razonables.
Pero al mismo tiempo usuarios y empresas somos exploradores en terrenos ligeramente desconocidos cuyos escenarios y peligros no se han presentado ante nosotros en su totalidad, como para poder resolverlos sin que a veces resulte un poco traumático.
El tiempo corregirá esto, pero mientras tanto conviene ejercitar un poco la cautela si se va a ir 'de paseo por las nubes'.