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La tensión en los mercados obliga a Obama a una reunión de urgencia con la Reserva Federal

  • El principal índice de Wall Street se ha desplomado un 4,68% este miércoles
  • El Comité bipartidista debe acordar un nuevo plan antes del 23 de noviembre

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La declaración del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para tratar de infundir confianza a los mercados, la decisión de la Reserva Federal (equivalente al Banco Central Europeo), de mantener los tipos de interés en niveles muy bajos hasta 2013 y un sólido avance de Wall Street, del 3,89% este martes, no han impedido que las bolsas se hayan desplomado este miércoles.

La situación ha obligado a Obama y al presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, a mantener una reunión de urgencia este miércoles.

Mientras, el principal índice selectivo de Nueva York se ha desplomado un 4,68% este miércoles, el tecnológico Nasdaq, un 4,12% y las bolsas europeas se han hundido en torno al 5%. El principal índice de Wall Street sufrió este lunes un retroceso del 5,5% y tras el rebote del martes, sufre este miércoles fuertes pérdidas, que revelan la desconfianza de los inversores en la mayor economía del mundo, después de que la agencia de calificación crediciticia Standard&Poors decidiera el pasado viernes, rebajar la nota de la deuda soberana estadounidense a AA+, desde la máxima calificación.

Ralentización económica

La Reserva Federal de Estados Unidos ha alertado este martes sobre el ritmo de crecimiento "menor de lo esperado" de la economía. Una "ralentización económica" que, adelanta, se extenderá a los próximos meses y acusará el deterioro del mercado laboral. 

Obama logró ampliar el límite de endeudamiento de EE.UU., 14.300 millones de dólares, después de semanas de negociaciones entre republicanos y demócratas que terminaron con un acuerdo 'in extremis' horas antes de que el país entrara en suspensión de pagos.

El acuerdo tiene que convencer a los mercados para que cese la desconfianza en la economía estadounidense. Analistas consultados por RTVE.es ya habían avanzado que si el acuerdo no contaba con el respaldo unánime de los congresistas y se establecía la reducción del déficit en un plazo definitivo, la confianza en el dólar, como moneda de reserva se iba a ver muy perjudicada.

Según el acuerdo final, EE.UU. aumentará su deuda en casi 1.000 millones  de dólares en los próximos meses, y en otros 1.200 millones en 2012.  Habrá recortes inmediatos de gastos gubernamentales por alrededor de 1.000 millones de dólares y un comité bipartidista buscará antes de fin de año dónde pueden hacerse más reducciones de gastos por otros 1.500 millones de dólares.

Nuevo reto para el 23 de noviembre

La designación de los 6 representantes republicanos en el "súper comité" encargado de reducir el déficit y los 3 demócratas anunciados por el momento augura una reedición de la confrontación política que llevó recientemente a EEUU al borde DE la suspensión de pagos.

Al frente del denominado "súper comité" bipartidista figuran dos congresistas con experiencia: Jeb Hensarling, presidente de la Conferencia Republicana de la Cámara de Representantes, y Patty Murray, presidenta del Comité de Campaña Demócrata en el Senado.

El comité de 12 miembros, de los que aún restan el trío a designar por la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, deberá aprobar antes del 23 de noviembre una propuesta de reducción del gasto público de entre 1,2 y 1,5 billones de dólares en la próxima década.

Diferencias entre republicanos y demócratas

El acuerdo logrado en el último minuto el pasado 2 de agosto entre el Congreso y la Casa Blanca obliga al "súper comité" a encontrar puntos en común, ya que de no aprobar un plan en esa fecha se activaría un mecanismo automático que aplicaría recortes tanto en defensa como en programas sociales, puntos clave para ambos bandos.

Si bien republicanos y demócratas están de acuerdo en la necesidad de "vivir según los medios" y reducir el abultado déficit del país, los republicanos han logrado eliminar de la mesa de negociaciones la subida de impuestos que consideran dañaría la recuperación económica y la creación empleo.

Los demócratas hicieron un llamamiento al compromiso, tal y como ha venido señalando la Casa Blanca, pero reconocieron la "dificultad" de la labor que tiene por delante y afirmaron que el verdadero peligro es la "inacción".

La complicada negociación para elevar el tope de deuda que se prolongó durante semanas evitó finalmente la declaración de mora de EE.UU., pero no logró calmar las dudas acerca de la capacidad de Washington para poner su cuentas fiscales en orden.