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Pakistán condena a pena de muerte a uno de los soldados que mataron a un civil desarmado

  • Junto a él, seis personas permanecerán bajo cadena perpetua
  • El caso ha suscitado una gran polémica en Pakistán

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Pakistán condena a pena de muerte a uno de los soldados que mataron a un civil desarmado

Pena de muerte. Esa es la condena que sufrirá el miembro de las fuerzas de seguridad paquistaníes que consternó al mundo con el asesinato, hace dos meses, de un civil desarmado.

Junto a él, otras seis personas han sido condenadas a cadena perpetua, según informan los medios de comunicación paquistaníes, que confirman la decision de la corte antiterrorista de aplicar estas condenas en las que se incluye a Shahid Zafar, un agente de los 'Rangers', el cuerpo de seguridad separado del Ejército al que pertenece.

Condenados

Otros cinco 'rangers' y un civil que participaron en el suceso han sido condenados a cadena perpetua, según la sentencia.

El caso ha suscitado una gran polémica en Pakistán porque las televisiones emitieron durante días el vídeo de los hechos, que conmocionaron a la población.

El primer ministro paquistaní, Yusuf Raza Gilani, ha ordenado una investigación sobre la muerte de un joven a manos de paramilitares después de que los medios de comunicación del país hayan emitido unas duras imágenes de su muerte a tiros y desarmado

Las imágenes muestran a un paquistaní de 25 años, Sarfaraz Shah, que el día 8 de junio fue víctima de los disparos de los 'rangers' en la ciudad sureña de Karachi.

Un civil agarra del pelo al joven y lo entrega a un grupo de 'rangers', que le apuntan con sus rifles automáticos mientras Shah, desarmado, les pide clemencia e intenta que los agentes bajen las armas.

Tras leves forcejeos, uno de los 'rangers' -el que ha sido condenado a pena de muerte-, sin que su integridad física se vea amenazada, dispara dos veces contra el joven, que se desangra en el suelo doliéndose de una pierna mientras el resto de agentes no hace nada por ayudarle.

El joven falleció a causa de las heridas que sufrió.

El episodio, sobre todo debido a la potencia visual de las imágenes, propició una ola de indignación contra las fuerzas de seguridad, a menudo a salvo de críticas en Pakistán.

Dos altos mandos fueron destituidos tras el tiroteo y la sentencia para los oficiales ha llegado apenas dos meses después del suceso, algo poco habitual en el lento sistema judicial paquistaní.