Las ventas a corto al descubierto: cómo apostar a la baja en los mercados financieros
- Es un instrumento que usan los inversores para obtener ganancias a corto plazo
- Venden un título que toman prestado, para después recomprarlo a menor precio
- Los analistas dudan de la efectividad de prohibirlas para calmar a los mercados
Los bancos, bajo protección
La medida adoptada por las autoridades bursátiles no afecta a todo el mercado, sino que se prohíbe vender a corto al descubierto, durante 15 días, los títulos de determinadas entidades bancarias y aseguradoras, con gran peso en sus respectivas bolsas.
Esas entidades son las siguientes:
España: Banca Cívica, Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, Banco de Sabadell, Banco de Valencia, Banesto, Banco Pastor, Banco Popular, Banco Santander, Bankia, Bankinter, Caixabank, Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), Grupo Catalana de Occidente, Mapfre, Bolsas y Mercados Españoles (BME) y Renta 4 Servicios de Inversión.
Francia: BNP Paribas, Société Génerale, Crédit Agricole y Natixis, además de las aseguradoras Axa, CNP Assurances, Scor, April Group, Paris Ré, Euler Hermès y CIC.
Bélgica: Ageas, Dexia, KBC y KBC Ancora.
Italia: Azimut Holding, Banca Carige, Banca Finnat, Banca Generali, Banca Ifis, Banca Intermobiliare, Banca Monte Paschi Siena, Banca Popolare Emilia Romagna, Banca Popolare Etruria e Lazio, Banca Popolare Milano, Banca Popolare Sondrio, Banca Profilo, Banco di Desio e Brianza, Banco di Sardegna Risp, Banco Popolare, Cattolica Assicurazioni, Credito Artigiano, Credito Emiliano, Credito Valtellinese, Fondiaria - Sai Generali, Intesa Sanpaolo, Mediobanca, Mediolanum, Milano Assicurazioni, Ubi Banca, Unicredit, Unipol y Vittoria Assicurazioni.
Las autoridades bursátiles de España, Francia, España, Italia y Bélgica han prohibido este viernes las ventas a corto al descubierto de los títulos de determinados bancos para protegerlos de los ataques de los inversores, que estaban lastrando su cotización y, al mismo tiempo, arrastrando al conjunto de las bolsas a una espiral bajista que ha encendido las alarmas.
Alemania ya adoptó la misma medida en 2010 , incluso más amplia, ya que no se limitaba a determinados títulos, sino a todo el mercado. Sin embargo, eso no ha evitado que la Bolsa de Fráncfort, habitualmente sólida, haya sufrido los mismos vaivenes que el resto de las grandes plazas, lo que invita a preguntarse si la prohibición será efectiva.
Como su nombre indica, esas operaciones consisten en vender títulos que no son propiedad del inversor, sino que se han tomado prestados (esto es, al descubierto), en plazos cortos de tiempo, apostando que van a bajar para después recomprarlos y embolsarse la ganancia.
Especular con lo que no se tiene
Por ejemplo, el inversor le pide prestado a una entidad bancaria una acción de una empresa o un título de deuda pública, a cambio de una comisión y con la obligación de devolver ese título o acción. Normalmente, ese título no pertenece a la entidad que lo presta, sino a otro inversor particular que lo tiene depositado para su gestión: en principio, no le interesa que el título pierda valor, pero la entidad tiene el incentivo de cobrar la comisión para prestárselo al inversor que pretende especular.
Así, si ese título vale 10 euros y el inversor cree que va a bajar, por ejemplo a ocho euros, vende el título y cuando efectivamente baja lo recompra, lo devuelve y se embolsa la plusvalía, en este caso dos euros.
Evidentemente, estas posiciones cortas son arriesgadas, puesto que el título puede subir de valor. Es por eso que las intervenciones del Banco Central Europeo son tan efectivas a corto plazo en el mercado de deuda secundaria, porque al comprar títulos de deuda eleva su valor y los inversores que han apostado a corto se ven obligados, en la jerga del mercado, a cerrar sus posiciones cuanto antes, es decir, a recomprar los títulos con los que apuestan.
De lo contrario, tendrían que recomprar el título a un precio más alto y asumir pérdidas, lo que puede llevar incluso a la difusión de rumores para provocar los descensos. Eso es lo que argumenta la Autoridad Europea de Mercados Financieros (ESMA, por sus siglas en inglés): "A pesar de que las posiciones cortas pueden ser una estrategia de trading válida, cuando se emplean en combinación con la difusión de falsos rumores de mercado representan un claro abuso".
Dudas sobre la efectividad de la prohibición
Sin embargo, existen dudas razonables de que la medida vaya a calmar definitivamente a los mercados. “Inicialmente es efectivo, los inversores van a tener que cerrar posiciones cortas”, comenta a RTVE.es el profesor del IESE y especialista en bolsa Juan Laborda, aunque deja claro que la medida “tan solo oculta el problema real, que es la fragilidad de la solvencia del sistema financiero”.
“Oculta el problema real, que es la fragilidad de la solvencia del sistema financiero“
“¿Por qué sólo las posiciones cortas, y no las largas?”, señala Laborda. "Lo verdaderamente efectivo sería limitar el apalancamiento, la toma de posiciones financieras con deuda”, que a su juicio está en el origen de la crisis actual: “Tenemos un sistema financiero enfermo, hay que ajustar el valor de los balances, reducir el tamaño del sistema financiero, regular y supervisar mejor a los bancos”.
El analista de Dracon Partners Javier Flores coincide: "Esto es un parche más que no resuelve el problema de fondo", subraya en declaraciones a Europa Press. Flores asegura que la alta volatilidad que registran los mercados actualmente no se debe al "ansia de los especuladores" por obtener más beneficio, sino a la "incertidumbre, desconfianza y los nervios a flor de piel" que se han instalado en los inversores, haciendo que compañías que en muchos casos "son muy sólidas se estén viendo afectadas".
Mercado bajista
“Mientras haya desconfianza, ninguna medida lo va a resolver“
"Mientras esté esa desconfianza ninguna medida lo va a resolver. No se puede poner puertas al campo y obligar a la gente a tener confianza en algo en lo que no cree. No se puede cambiar las reglas del juego a mitad del partido", ha sentenciado.
Por si fuera poco, las ventas al descubierto no son los únicos instrumentos de los que disponen los inversores para apostar a corto, aunque el recurso a los SWAP (permutas) o a los mercados organizados, por ejemplo de futuros, sea menos sencillo, al estar más regulados.
En ese sentido, Laborda también opina que el mercado, pese a las subidas y bajadas, está en una tendencia bajista, por lo que la caída bursátil no se va a frenar sino temporalmente, para después volver a los descensos. “Están gestionando riesgos, con una visión cortoplacista, cuando su labor es limpiar el sistema bancario”.