El juicio a Mubarak seguirá a puerta cerrada el 5 de septiembre
- El juicio se unirá al del exministro del Interior
- Unos 5.000 agentes han mantenido la seguridad cerca del juzgado
- El expresidente ha aparecido de nuevo en camilla
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El juicio contra el expresidente egipcio, Hosni Mubarak, se ha reanudado este lunes en El Cairo entre grandes medidas de seguridad, después de que en la primera sesión se declarara no culpable de todas las acusaciones que se le imputan. Los 5.000 efectivos desplegados en el exterior no han impedido que se desarrollen enfrentamientos entre partidarios y detractores del expresidente egipcio.
La segunda sesión se ha iniciado con el acusado tumbado en una camilla, con los ojos cerrados, mientras el juez examinaba las pruebas de la acusación. Sus hijos, Alaa y Gamal, también comparecieron ante el tribunal y se mantuvieron de pie en la celda-jaula de los acusados tratando de ocultar a su padre a los presentes en la sala.
Los tres están acusados de planear los ataques contra los manifestantes durante la Revolución del 25 de Enero y podrían enfrentarse a la pena capital si son declarados culpables.
Impactante primera vista
Este lunes, el principal abogado de Mubarak y sus hijos, Farid el Din, ha hecho una serie de peticiones que incluyen pedir al departamento de ambulancias egipcio presentar listas de nombres y cifra de heridos trasladados a los hospitales de todas las provincias entre el 25 y el 31 de enero.
Por su parte, un letrado de los familiares de las víctimas ha expresado el interés de sus defendidos en adjuntar el juicio del exministro del Interior Habib al Adli con el de Mubarak, algo que finalmente tendrá lugar.
Por ello, la próxima sesión contra Mubarak será el 5 de septiembre, mismo día en el que estaba pospuesto el jucio contra Adli, quien también está acusado de planear los ataques contra los manifestantes, y el pasado 3 de agosto él y seis de sus asesores comparecieron junto a Mubarak.
"Quisiéramos que este juicio se celebrara en sesiones consecutivas todos los días tal y como habíamos anunciado antes, pero lo que ocurrió ayer mostró que el tribunal no puede llevar a cabo su misión de esta manera", ha declarado este lunes durante la sesión el juez Ahmed Refat.
Refat hizo de esta forma alusión a la falta de organización entre los abogados de las familias de las víctimas la víspera, lo que le obligó a aplazar el juicio contra Al Adli.
Por ello, este lunes ha pedido a los letrados de las víctimas que presenten sus peticiones por escrito para ahorrar tiempo y confirmó que el tribunal va a escuchar todas las peticiones de ambas partes.
Además de la acusación de estar implicados en el asesinato de manifestantes durante la revolución, sobre Mubarak y sus hijos también pesan cargos de corrupción y abuso de poder.
En este sentido, los abogados de la acusación también quieren incluir a más acusados relacionados con la exportación de gas a Israel.
Sesiones históricas
Mientras, en los exteriores del juicio, las autoridades egipcias han desplegado al menos unos 5.000 policías para mantener la seguridad en los alrededores del juzgado, situado en la Academia de la Policía.
Estas medidas de seguridad, según ha publicado este lunes el diario estatal Al Ahram, tienen también el objetivo de controlar que se desarrolle sin incidentes el traslado de Mubarak del centro médico donde está hospitalizado, en la carretera entre El Cairo e Ismailia, a la capital egipcia.
Al final de la primera vista, el juez Ahmed Refat anunciaba que Mubarak iba a ser trasladado a ese centro médico internacional, en vez de regresar al hospital de Sharm el Sheij, en el que fue ingresado el pasado 12 de abril.
Además, fuentes de ese centro médico explicaron que anoche convocaron al médico egipcio al que en la primera sesión autorizaran atender a Mubarak para que firmara un informe sobre su estado de salud.
Durante la visita del médico, el exmandatario estaba muy centrado al responder a las preguntas del médico y su estado de salud era estable.
En la primera sesión del juicio, Mubarak apareció en la sala en una camilla, pero con aspecto lúcido, después de que hasta el último momento se pusiera en duda su presencia por su delicado estado de saludo.
El expresidente estuvo ingresado hasta ese día en el hospital de Sharm el Sheij, en el Mar Rojo, donde cumplía arresto desde que sufrió un ataque cardiaco durante uno de los interrogatorios el pasado 12 de abril.