Ban Ki-moon critica que Asad no haya cumplido su promesa de detener la represión en Siria
- El Consejo de Derechos Humanos de la ONU se reúne en sesión especial
- Otros tres manifestantes han muertos en plena visita de un equipo humanitario
Ver también: Cronología de las revueltas en Siria
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha afirmado este lunes que es "preocupante" que el presidente sirio, Bachar al Asad, no haya cumplido la promesa de terminar con la represión militar y policial contra los manifestantes, en las que ya han muerto más de 2.200 personas, según el último informe de Naciones Unidas.
"Espero sinceramente que preste atención a todas las llamadas de la comunidad internacional", ha declarado Ban, con el que el pasado miércoles Asad mantuvo una conversación telefónica en la que se comprometió a detener las operaciones militares.
Las fuerzas de seguridad sirias y hombres leales al régimen han matado a tiros a tres personas en Homs este lunes mientras una multitud daba la bienvenida a un equipo humanitario de la ONU, que ha podido acceder al país para evaluar las necesidades de la población tras cinco meses de protestas y represión.
En una sesión especial del Consejo de Derechos Humanos sobre la situación en Siria, la Alta Comisionada de la ONU, Navi Pillay, ha abogado este lunes por el procesamiento de los responsables de los presuntos crímenes contra la humanidad cometidos en la represión de las protestas contra el régimen de Damasco.
Pillay ha subrayado ante el pleno "la importancia de depurar las responsabilidades de quienes han perpetrado crímenes contra la humanidad" y ha recordado que el informe publicado la semana pasada por su oficina constató la comisión organizada de esos crímenes.
"El pueblo de Siria debe recibir el respaldo en su lucha por los derechos fundamentales y las libertades, y el Consejo de Derechos Humanos puede jugar un papel vital en este tema", ha indicado Pillay ante los representantes de los 48 estados reunidos en Ginebra.
Siria califica de "mentira" el informe de la ONU
La Alta Comisionada ha indicado que ha pedido al Consejo de Seguridad de la ONU que "considere referir la situación en Siria a la Corte Penal Internacional" para que tome cartas en el asunto y también ha hecho un nuevo llamamiento al régimen del presidente sirio para que "detenga inmediata y completamente la represión de las manifestaciones pacíficas, y ponga en libertad de manera incondicional a todos los detenidos en relación con su participación en las protestas".
Pillay no ha ahorrado calificativos para describir la "gravedad de las violaciones de los derechos humanos en Siria, que aún continúan" y para denunciar "los brutales ataques contra los manifestantes".
Según sus datos, "a fecha de hoy más de 2.000 personas han sido asesinadas desde el inicio de las protestas a mediados de marzo, con más de 350 asesinados en toda Siria desde el inicio del Ramadán".
El embajador de Siria ante la sede de la ONU en Ginebra, Faisal al-Hamwi, ha calificado de "sarta de mentiras" el informe. "Es una evidente sumisión a la voluntad de algunos estados claramente hostiles a Siria y constituye un intento de aterrorizar a nuestro país y de declararnos la guerra. Es una sarta de mentiras", ha afirmado el diplomático.
Segunda sesión especial sobre Siria
Se trata de la segunda reunión extraordinaria que celebra este año el Consejo de Derechos Humanos sobre la situación en Siria, tras la celebrada el pasado 29 de abril, al inicio de las protestas de la oposición contra el régimen.
De esa reunión de abril salió el encargo al Alto Comisionado para los Derechos Humanos de crear una misión para investigar la situación en Siria, cuyas conclusiones se conocieron el jueves.
El informe de la misión fue claro a la hora de condenar la actuación del régimen de Damasco, al que que acusó de desarrollar "una pauta de violación de los Derechos Humanos, con ataques generalizados y sistemáticos contra la población civil". Estas violaciones " pueden ser constitutivas de crímenes contra la humanidad", según el informe.
En una entrevista difundida el pasado domingo por la televisión pública siria, Asad dijo no sentir "ninguna inquietud" por las protestas y se mostró convencido de que su país no sufrirá un ataque desde el exterior por sus posibles repercusiones regionales.