Los rebeldes aseguran controlar el 95% de Trípoli y la frontera con Túnez
- Día de calma en la capital a pesar de los tiroteos
- Encuentran más de 50 cadáveres calcinados
- Las refinerías libias, fuera de funcionamiento
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Los rebeldes libios aseguran controlar el 95% de Trípoli, aunque continúan los combates en la ciudad y la incertidumbre sobre el paradero de Muamar al Gadafi.
La capital se ha mantenido en relativa calma este sábado después de una noche marcada por las explosiones y ráfagas aisladas de armas automáticas, especialmente en dos áreas al sur de la ciudad, Abu Salim y Salaheddin. Los opositores han anunciado el control de "todo" el aeropuerto internacional y del distrito vecino de Qasr Bin Ghichir.
"Hay muchas armas en manos de los pro-Gadafi", ha advertido el comandante rebelde Mahmud Chammam, quien ha reconocido que existen focos de resistencia. "Pero no hay caos. No hay disparos por todos lados. Tenemos el control de la situación", ha asegurado.
Como recordatorio de la violencia que han utilizado ambos bandos, este sábado han sido hallados los cuerpos carbonizados de 53 personas en un almacén cercano a Trípoli. Aparentemente, se trata de opositores al régimen que habrían sido ejecutados.
Los vecinos de la zona, citados por la cadena británica Sky News, elevan la cifra de muertos a 150, y creen que fueron asesinados entre el 23 y el 24 de agosto.
Mientras tanto, en el distrito de Tajura, los vecinos han improvisado una fosa común para los cuerpos de 22 subsaharianos que supuestamente luchaban para Gadafi. Uno de los cadáveres tenía las manos atadas a la espalda. "Los rebeldes les pidieron que se rindieran, pero no quisieron", ha declarado un vecino.
En el resto del país, los opositores han entrado en la ciudad de Yemayl, en el oeste, ciudad natal del hasta ahora primer ministro libio, Al Bagdadi Ali al-Mahmudi. Al Mahmudi abandonó el país hace cinco días y las últimas noticias sobre su paradero le situaban en la isla tunecina de Yerba.
En Sirte, ciudad natal de Gadafi, los comandantes rebeldes intentan negociar la rendición de los fieles al dictador. Libia está, de hecho, partida en dos por una franja de unos 450km que parte de Sirte hacia el sur y se adentra en el desierto, y que está bajo control de los gadafistas.
Uno de los mandos opositores, Fawzi Bukatif, ha declarado a Reuters que los gadafistas podrían abandonar Sirte e intentar alcanzar Sabha, otro bastión gubernamental más al sur. "Si van hacia Sabha, les seguiremos. Estamos dispuestos a limpiar todo el país", ha declarado.
Los opositores también han tomado el control de Ras al Jadir, el principal paso fronterizo con Túnez. Se esperaba que los suministros pudieran empezar a entrar en Libia por esta ruta, pero Túnez ha decidido no permitir el tráfico.
"Aún hay combates en la parte libia, por eso el paso está cerrado", ha declarado un oficial de seguridad tunecino a la agencia Reuters.
Falta de suministros
Muchos residentes de Trípoli se han aventurado a salir de sus hogares para abastecerse en las escasas tiendas que han reabierto, pero se han encontrado con que la escasez de productos ha disparado los precios. Los cortes de agua y electricidad empeoran aún más la situación de la población. Frente a la costa, una treintena de barcos con ayuda internacional espera para poder comenzar a descargar.
La falta de combustible también amenaza con agravarse. La empresa nacional AGOCO, en manos de los rebeldes, ha informado que sus cinco refinerías están paradas debido a la falta de crudo y a que algunas han sufrido daños durante la guerra.
Los rebeldes han de proveerse mediante importaciones. Barcos turcos y libaneses han llegado a Bengasi durante este mes, y se espera la llegada de un barco ruso esta semana.