'Fotos tuyas cuando empiezas a envejecer', un libro sobre la pérdida y la desilusión
- El autor es ya una figura esencial de la literatura latinoamericana
- El libro está compuesto por 5 relatos protagonizados por jóvenes
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No hace falta abrir el libro para sentirse seducido por él al instante. Su título, Fotos tuyas cuando empiezas a envejecer, es tan envolvente que uno empieza a preguntarse, con solo leerlo, quién es el responsable de tanta atracción.
Maximiliano Barrientos tiene 32 años y es, sin embargo, uno de los escritores más relevantes de su país, Bolivia. Su anterior libro de relatos, Diario (Periférica, 2009), recibió el Premio Nacional de Literatura de Santa Cruz.
En Fotos tuyas cuando empiezas a envejecer, publicado este año también por Editorial Periférica, Barrientos habla de los sentimientos que casi nunca suenan. De la soledad. De la pérdida. De la decepción. De lo vulnerable que es el ser humano. Del paso del tiempo y de la imposibilidad de recuperarlo por mucho que hagamos intentos.
Personajes que sueñan con vivir en canciones
Lo que quizás nos puede sorprender de esos sentimientos insonoros es que los experimentan jóvenes que se encaminan sin ganas hacia la madurez. Personajes adolescentes que sueñan con vivir dentro de canciones –uno de ellos dice que querría hacerlo en Happy together– y que se asoman a verdades (“Nadie puede ser feliz por mucho tiempo”, “una vida perfecta es una vida donde no hay sustituciones”) impropias de su experiencia.
Una vez que uno ya asumido el título como propio, empieza a engancharse al lenguaje entrecortado, directo –tanto que a veces hace daño– y tal vez excesivamente descriptivo que nos lleva a leer frases como esta: “Mírenlos a todos, las cosas cambiarán para muchos, nadie lo sabe. No hay nada especial en estos cambios: el padre de alguno tendrá un enfisema. Una madre se irá a vivir con el amante. Alguien dejará la universidad, se casará demasiado joven con la mujer que está mirando en este momento y ya nunca la verá como ahora lo está haciendo”.
Barrientos sale de la escena para ser espectador
En efecto, a lo largo del libro Barrientos sale de su propia escena para ponerse frente a ella y observarla fijamente. Y es desde ahí desde donde cuenta cómo son sus protagonistas, qué sienten y qué sentirán después: los chicos que, con sus amores, con sus desamores, con sus aciertos y con sus fracasos componen este libro de 5 relatos y que, pese a ser diferentes, llegan a parecer, en algunas ocasiones, idénticos.
El autor habla también de lo finito del amor: “(…) esta clase de videos sirve para demostrar que las vidas se hacen pedazos a diferentes velocidades. Que las personas que amamos dejan de ser jóvenes. Se quedan calladas en el teléfono y besan a otros y les cortan el pelo y les dicen que son felices en momentos de euforia, mientras bailan en una discoteca, mientras caminan de vuelta a casa”.
También de la memoria: “Ninguna recuerda este momento, pero así sucede siempre, nadie puede seleccionar a voluntad los recuerdos, no permanecen por grados de importancia, sencillamente unos persisten y otros no”.
El lector que se haga con este libro, pues, escuchará durante la lectura la voz de la conciencia de unos personajes que se rebelan ante el pasar del tiempo pero que, al fin y al cabo, viven.