Berlusconi califica a Italia de "país de mierda" en las escuchas de su presunta extorsión
- El primer ministro dice que está deseando dejar Italia, que le da "ganas de vomitar"
- Se lo dice al intermediario con el empresario que presuntamente le extorsionaba
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, calificó el pasado mes de julio a Italia como "país de mierda", según las escuchas realizadas al número de teléfono de un hombre próximo a él y que han sido hechas públicas por la agencia italiana Ansa.
"Dentro de unos meses me voy para ocupar de mis asuntos, me voy de este país de mierda que me da ganas de vomitar", le dice el primer ministro italiano en una conversación el pasado 13 de julio con su amigo Valter Lavitola.
Lavitola, director de periódicos que actualmente se encuentra en el extranjero, está en busca y captura por la justicia italiana por un caso de extorsión al propio Berlusconi por el que ha sido arrestado también un empresario, Giampolo Tarantini, este jueves por la mañana.
"Soy transparente, si me dedico a mis negocios no hay nadie que me pueda molestar. No hago nada que pueda considerarse como un delito", se defiende Il Cavaliere en la conversación.
Tarantini, implicado en el escándalo de la prostituta Patrizia D'addario en 2009, que aseguró haber pasado la noche con Silvio Berlusconi, había declarado en su momento que hizo venir a una treinta de mujeres dispuestas a hacer favores sexuales en las fiestas organizadas por Berlusconi en sus residencias de Roma y Cerdeña entre septiembre de 2008 y enero de 2009.
"Se las presenté como mis amigas y no le mencione el hecho de que les estaba pagando", declaró Tarantini para exculpar a Berlusconi.
Según la Fiscalía de Nápoles, citada por el semanario Panorama, el jefe de Gobierno habría pagado 500.000 euros en pequeñas cantidades cada mes para que Tarantini continuase diciendo en el proceso que Berlusconi que él no sabía que las mujeres eran pagadas por prostituirse y para evitar que se hiciesen públicas unas escuchas consideradas como "vergonzantes" por Berlusconi.
Lavitola es sospechoso de haber actuado como intermediario de los intercambios entre Berlusconi y Tarantini y de quedarse con una parte de las cantidades pagadas por Berlusconi.