Polanski se desquita en Venecia con 'Un dios salvaje' y Madonna trae el revuelo mediático
- La crítica ha aplaudido calurosamente su última película
- Polanski no está en Venecia, pero sí Kate Winslet y sus compañeros
- "Cuando llama Polanski no dices no", ha dicho la actriz británica
- Madonna ha llegado a Venecia en medio de gran revuelo mediático
La crítica se ha rendido en Venecia ante el último trabajo del franco-polaco Roman Polanski, cuyo guión escribió durante su arresto domiciliario y que es una coproducción española participada por TVE, Carnage (Un dios salvaje), y que ha sido aplaudida calurosamente en el pase de prensa. También ha sido el día de la diva del pop, Madonna, que ha traído el revuelo mediático a la presentación de su segunda cinta como directora, W.E.
La nueva cinta de Polanski es una adaptación de la obra de Yasmina Reza Un dios salvaje (Dieu du carnage), producida por Francia, Alemania, España y Polonia. Su guión lo trabajó el cineasta durante su arresto domiciliario en Suiza después de su detención en septiembre de 2009 y de haber pasado dos meses en prisión en cumplimiento de una orden de busca y captura solicitada por EE.UU., que le persigue acusado de mantener relaciones sexuales con una menor en 1977.
Estos problemas judiciales han impedido que Polanski, por cautela, esté en Venecia aunque sí está su elenco protagonista Kate Winslet, Christoph Waltz, John C. Reilly y Jodie Foster, con excepción de esta última.
En 79 minutos de metraje, narra la historia de dos parejas que tratan de solucionar con civismo sus diferencias cuando el hijo de una de ellas golpea al de la otra en el parque, ambos de 11 años.
Se trata de una comedia "hilarante, cínica y despiada", a juicio de la enviada especial de TVE a Venecia, Marisa Rodríguez Palop, que ha destacado que los actores eran "conscientes de que trabajábamos con el gran Polanski", como ha dicho Winslet.
Para Conxita Casanovas, enviada especial de RNE, la crítica "ha entrado totalmente en complicidad" con el cineasta franco-polaco, cuya cámara "hace ganar en profundidad a la obra teatral de Reza.
El mérito, de Polanski
Winslet, Waltz y Reilly han homenajeado al ausente Polanski, al que han atribuido todo el mérito en el estupendo resultado de una película que funciona como un mecanismo de relojería y en el que cada frase y cada movimiento está estudiado hasta el más mínimo detalle.
"Es una historia increíblemente compleja en los detalles", ha explicado Winslet en la rueda de prensa de presentación de la película, que compite en la sección oficial de Venecia.
Al desarrollarse la película casi en su totalidad en el salón de la casa de una de las parejas, hace que el trabajo de los actores sea aún más importante que en otros filmes. "Los cuatro estuvimos muy implicados desde el primer día de los ensayos. Pero tuvimos la ayuda de un guión extraordinario", ha indicado Winslet, que llevó la voz cantante de la rueda de prensa.
Dos semanas de ensayos les permitieron coger el tono y ritmo que Polanski quería dar a la película, algo alejado del de la pieza teatral que todos ellos conocían; además de conocer al milímetro el pequeño escenario en el que todo se desarrolla.
"Era una especie de confinamiento, en una habitación, pero con un montón de gente y mucho equipo, así que el uso del espacio estaba estudiado hasta el más mínimo detalle", ha precisado Waltz.
Algo que sin embargo no fue un hándicap para Polanski sino todo lo contrario puesto que ese es un punto fuerte del director franco polaco. "Su precisión, su exactitud, su microscópica forma de trabajar...", ha señalado el ganador de un Óscar por Malditos bastardos.
Todo ello llevó a los actores a conocer cada movimiento, cada posición, cada frase, como si fuera exactamente una obra de teatro. Un proceso que les permitió darse cuenta de que tenían una forma similar de trabajar, en la que se plantean todo en cada momento, ha resaltado la protagonista de El lector, que destacó además algo que a Polanski le gustó mucho y es que los cuatro actores se ayudaron y no se mostraron competitivos en ningún momento.
Una obra diferente
Y eso se detecta en el resultado final de esta película, que pese a estar basada en el archiconocido texto de teatro de Yasmina Reza, adquiere una dimensión diferente en manos de Polanski y de sus cuatro protagonistas. Apenas unos cambios: diálogos aún más ácidos e histriónicos que en la pieza teatral, ligeras variaciones de estructura y algunas escenas fuera del salón en el que todo se desarrolla para dar un poco oxígeno en la gran pantalla.
Pero, sobre todo, unos actores fantásticos, que no se creen sus personajes, sino que los viven. Unos personajes que no son ni blancos ni negros, sino que, como ocurre en la vida real, son honestos y falsos, educados y salvajes, dulces y abruptos. Los cuatro protagonistas se apoyan y se sostienen en una película en la que ellos son el todo y la nada.
Cuatro adultos que no saben resolver un problema en una historia pesimista pero con un rayo de luz, algo que quería introducir Polanski en la obra y que supone el principal cambio respecto al texto original, como ha explicado la propia Yasmina Reza, que ha adaptado el guión junto al director.
La obra de teatro acaba de forma totalmente diferente, en la desolación total. Pero Polanski quería algo más abierto. "Para mí fue difícil, pero he intentado responder a su universo", ha señalado Reza.
"Si te llama Polanski para cualquier proyecto no dices no", ha afirmado rotunda Winslet. Más divertido Reilly: "Cuando Roman te llama, después de levantarte del suelo, dices sí". Y más delicado Waltz: "Quiero a Roman Polanski y le admiro".
...Y el revuelo de Madonna
Mientras que Polanski genera expectación sin estar en Venecia con su película, la estrella del pop Madonna ha causado un gran revuelo mediático -entre prensa y fans- en su desembarco en la ciudad italiana, aunque no se espere mucho de la película que ha ido a presentar, W.E. , su segundo título como directora, que está fuera de concurso y que ha sido acogida con pocos aplausos por la crítica.
Las enviadas especiales de RTVE coinciden en que la cantante ha levantado la máxima expexctación en una película que muchos definen como demasiado banal.
La cantante y cineasta está acompañada en la Mostra por su elenco de actores, Oscar Isaac, Abbie Cornish, Andrea Riseborough y James D'Arcy.
La "reina del pop", cuya vida está llena de romances y fracasos sentimentales, pone imágenes a la historia de la estadounidense Wallis Simpson, cuyo amor por Eduardo VIII le llevó a este a abdicar al trono inglés en 1936 y a quien plantea como ejemplo de búsqueda de la felicidad femenina.
Durante casi dos horas, un metraje quizá excesivamente largo para la trama, Madonna presenta la historia de Simpson en paralelo, ya en la época actual, con la de Wally Winthrop, una joven neoyorquina obsesionada con el personaje de la esposa de Eduardo VIII y quien será también reflejo de la lucha femenina al tener que superar un matrimonio en el que sufre maltrato físico y psicológico.
"Me identifico con ella (Simpson) en el sentido de que cuando las personas se convierten en famosos o iconos se reducen a un simple sonido, al que se le atribuyen unas cosas. Wallis Simpson no fue entendida. No fue entendida la elección del rey, porque a veces la gente afronta las circunstancias insólitas con miedo", ha afirmado la cantante durante la rueda de prensa de presentación de la película.
W.E., iniciales que responden a Wallis y Eduardo, pero evocan también al "nosotros" en inglés, lleva y trae al espectador de la Inglaterra de principios del siglo XX al Nueva York actual con dos historias en paralelo que hacen pensar que esta es una película muy personal dirigida por una cineasta a sus 53 años.
"No puedo dar un porcentaje. Siempre hay parte de mí en todo lo que hago. Decir que esta persona soy yo o lo que yo he vivido, no es justo. Las cosas fluyen a través de ellas mismas y lo que sale es un remanente de la experiencia personal, que a su vez bebe del entorno y de las influencias que he tenido", apuntó Madonna.
Lo cierto es que la película, con una rica carga musical y que ofrece continuos bailes de cámara y de personajes con una coreografía propia de sus vídeos musicales, hace pensar que la historia personal de Madonna se encierra detrás de la de Wallis Simpson, esa estadounidense incomprendida que un día marchó a Inglaterra, el país adonde la cantante ha trasladado su residencia.
"En algunos momentos me he sentido una 'outsider'. Cuando llegué a Inglaterra. Ahora ya no me siento así. Ahora me siento mucho mejor en Inglaterra y creo que (el país) me ha dado un gran apoyo en el caso de este filme", ha dicho la cantante.