Nueva York se rinde a la elegancia exquisita de la diseñadora Carolina Herrera
Chic, elegante, refinada o exquisita son algunos de los adjetivos que siempre destacan en las crónicas de los desfiles de Carolina Herrera. La venezolana subraya todos ellos con su colección para la primavera y el verano de 2012 inspirada en la escuela de la Bauhaus.
La venezolana idea una colección fluida y elegante
Uno de los principios de este movimiento era “La forma sigue a la función” y la diseñadora lo aplica a sus prendas. Liberadas de ornamentos inútiles y aligerada de volúmenes su propuesta contiene siluetas definidas con suavidad y otras ligeramente plisadas. Herrera exhibe una elegancia contenida pero también construye vestidos de muselina, organiza y chifón que levantan aires más glamurosos.
Los estampados que propone para el próximo estío son pequeñas flores, juegos de rayas y otros de tipo geométrico. También pajarillos, concretamente golondrinas que colorea en distintos verdes y que parecen dotar de movimiento a faldas cruzadas y vestidos cortados al bies de color blanco.
Verdes hierba o lima, rojos intensos y el eterno negro
Refrescante y liviana, la colección vuela desde los rojos loro y los amarillo canario a los verde lima y sepia. También hay azules cielo y negros porque en la gran manzana no podía faltar el LBD (Little Black Dress o vestidito negro) que, en esta ocasión, se pasea con cuello barco, sin mangas y con asimetrías en la falda.
Sus fieles admiradoras, entre ellas la actriz Renée Zellweger, regalaron una cálida ovación a la venezolana que cumple 30 años sobre las pasarelas.
Tres décadas de trabajo que han ayudado a transformar el armario de muchas mujeres.