El Herschel descubre que las galaxias no necesitan chocar para crear estrellas
- El telescopio de la ESA desmonta la actual teoría de la formación de estrellas
- Según sus hallazgos, las galaxias atraen gas en su evolución y forman los astros
- Los choques entre galaxias solo juegan un pequeño papel
El telescopio Herschel de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha escudriñado el cielo, estudiando miles galaxias lejanas para desmontar una antigua teoría astronómica que sostiene que las estrellas se forman por el choque de galaxias.
Mediante el análisis de galaxias situadas a millones de años luz, los astrónomos han podido observar cómo era la formación de estrellas en los primeros años del Universo, y comparar estos datos con los que se pueden recoger en el Universo actual.
En el Universo actual, las tasa de formación de estrellas es baja, y su génesis se produce casi siempre debido a colisiones entre galaxias, con lo que los científicos pensaban que siempre había sido así.
Pero las observaciones del Herschel demuestran que en el Universo primitivo la tasa de formación de estrellas era mucho más elevada y que la creación de los astros solo depende de la cantidad de gas almacenado en la galaxia, que constituye la materia prima de las estrellas, según informa la Agencia SINC.
“Cuanto más gas tenga la galaxia, más estrellas se forman“
Algunas de las galaxias más jóvenes que ha podido observar el Herschel estaban formando estrellas a un ritmo muy superior al que esperaban los astrónomos y sin necesidad de colisionar con otras galaxias, con lo que desbarata la teoría de las colisiones.
Por tanto, los investigadores concluyen que cuanto más gas tenga la galaxia, más estrellas se formaran en su interior.
Un pequeño papel en la historia
El equipo de astrónomos que ha efectuado este descubrimiento, y que está dirigido por David Elbaz, sostiene que los choques entre las galaxias solo juegan un pequeño papel en la evolución del Universo, según su artículo publicado en Astronomy & Astrophysics.
De acuerdo con los científicos, las galaxias crecen de forma lenta, y durante su evolución atraen el gas que se encuentra a su alrededor que más tarde sirve para formar las estrellas.
Para realizar este descubrimiento, el Herschel ha tenido que estudiar a fondo dos zonas del cielo de un tamaño similar a un tercio de la luna llena.
En estas pequeñas áreas pueden concentrarse miles de galaxias que el Herschel puede alcanzar gracias a sus instrumentos de frecuencias infrarrojas.