Caralps, el primero en trasplantar un corazón en España: "El corazón genera sentimientos"
- Cuenta a RTVE.es cómo fue el momento más feliz de su vida profesional
- El tabaco, el alcohol, el estrés, la sal y la vida sedentaria, lo peor
Guía para mantener en forma el corazón
Josep Maria Caralps es licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Barcelona.
Académico numerario de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Cataluña, desde 1995 es director de la Unidad de Cirugía Cardíaca del Hospital Quirón.
Es también el autor del libro Súper Corazón (Editorial Planeta, 2011).
En abril de 1984 un chico de 33 años ingresó en el Hospital San Pablo de Barcelona. Padecía miocardiopatía dilatada, una enfermedad de la que moriría pronto, a no ser que le trasplantasen un corazón.
Josep Maria Caralps, que entonces trabajaba en ese hospital, fue el encargado de comunicar al chico la gravedad del asunto y aún recuerda cómo éste le miró al escuchar la explicación. En seguida vino la pregunta del joven: “¿Cuántos trasplantes de corazón ha hecho usted?”. “Ninguno”, reconoció Caralps.
Así transcurrieron los días previos al 8 de mayo del 84, día en que este cirujano logró realizar el primer trasplante de corazón en España. En 57 minutos se suturó el nuevo órgano, que empezó a latir en cuanto se restableció la circulación. Una "puerta a la ilusión", explica Caralps, se abría.
–¿Qué sintió usted cuando hizo aquel trasplante de corazón y vio que todo había salido bien?
Pues sentimos todos una alegría inmensa, aunque nos preparamos a fondo para aquello y estábamos convencidos de que iba a salir bien. No fue un golpe de suerte, fue el resultado de una experimentación e investigación muy serias.
–¿Se emocionó?
No, no me emocioné, pero cuando vi que el corazón empezó a latir me puse contento… Aunque tampoco es que empezara a bailar.
–Entonces… ¿no ha sido el momento más feliz de su vida profesionalmente hablando?
El momento más feliz de mi vida fue la preparación para poner en marcha el programa de transplantes y que me lo permitieran hacer. Aquello sí fue el momento más feliz de mi vida. No la operación en sí ni el momento posterior.
"El corazón genera sentimientos"
–¿Por qué usamos expresiones como “me has partido el corazón” o “tengo una corazonada”?
Pues porque nosotros notamos el corazón como un termómetro de nuestras emociones. Cuando nos pasa algo importante, nos damos cuenta de que el corazón late más deprisa, notamos incluso los latidos en el cuello o en las sienes y esto hace que incorporemos el corazón a nuestras manifestaciones emotivas constantemente.
–¿El corazón, entonces, genera sentimientos? ¿No vienen del cerebro?
Sí, el corazón genera sentimientos. Esto se ve constantemente en los trasplantados de corazón, que manifiestan sensaciones y sentimientos que eran propios del donante, lo cual quiere decir que en el corazón se han almacenado algunas cosas, como sensaciones gustativas, apetencias sexuales, etc. que luego siente el trasplantado. A las personas sensibles les pasa más.
–O sea que es como una especie de cambio de personalidad…
No, yo diría más bien que es un enriquecimiento de tu personalidad. La persona que te dona el órgano sigue viva, no está muerta del todo. Hay una parte que sigue viva.
–¿El corazón duele?
Sí, puede doler. Dicen que la manifestación más desagradable que puede experimentar una persona viva es el dolor de una angina de pecho. Y esto sucede cuando al corazón no le llega la sangre que necesita en ese momento, con lo cual el corazón sufre una falta de sangre y el músculo cardiaco, como no se puede parar, sigue latiendo.
Y es que angina viene de una palabra griega ankor, que significa “estrangulamiento”. Y es precisamente eso lo que siente una persona que sufre angina de pecho, que su cuerpo está siendo estrangulado.
Pero no todos los que tienen un infarto tienen dolor. Hay un 30% de personas que sufren infartos y no tienen dolor.
"Un 30% de las personas con infarto no sufren dolor alguno"
–Y estas personas que no sienten ningún dolor, se desploman y ya está…
O no se desploman. Siguen haciendo su vida. Y de momento un día van a hacerse un electrocardiograma y el médico ve que esta persona ha sufrido un infarto. Muchas personas no sienten dolor pero se sienten cansadas, o dejan de tener apetito, o notan que les pasa algo que no es normal en ellos y entonces van al médico, que descubre que han tenido un infarto.
–¿Qué recomienda usted a la gente para que tengan un corazón sano?
Yo creo que tenemos la obligación moral de prevenir las enfermedades que nos pueden afectar. Y se puede prevenir, sobre todo, la enfermedad arteriosclerótica del corazón, que causa muchas muertes.
¿Cómo? No fumando o fumando poco, no bebiendo alcohol o bebiendo poco, cuidando la diabetes, no estando obeso (la obesidad es un factor determinante para ocasionar hipertensión arterial), no tomando mucha sal (porque la sal retiene líquidos) y haciendo ejercicio periódicamente, pero sin extenuarse.
"La vida mata más que el tabaco"
–¿Qué pasa con el vino tinto? ¿No es bueno para la salud o sí?
Mire, no hay ningún estudio acurado que diga que el vino tinto es bueno para evitar enfermedades del corazón. Ninguno. Es más: La Asociación Americana del Corazón recomienda a la gente que, si no ha empezado a beber, que no beba. Ya sé que esto es establecer unas pautas muy radicales. Y yo soy de los que creo que la vida mata más que el tabaco. Lo importante es que nuestra degustación (del tabaco, del vino, de la sal, etc.) no se convierta en una adicción.
Si hay una persona que es capaz de fumarse 2 o 3 cigarrillos al día y una copa de vino los sábados y otra los domingos o un whisky al mes…yo creo que esto no le va a hacer ningún daño.
El problema es que mientras no sepamos qué nos depara la vida estamos expuestos a cualquier cosa. Yo estoy convencido de que dentro de unos años las personas nacerán, les sacarán una muestra de sangre y les dirán: “Este es su mapa genético. A los 20 años usted puede padecer esto si no hace aquello, a los 35 esto si no hace lo otro, no fume ni un cigarrillo porque tendrá cáncer o fume lo que le dé la gana porque no lo tendrá…”
–¿Está usted seguro de que llegaremos a eso?
Sí. Y si no a eso, a una situación muy parecida.
"Si no te cuidas, tienes más papeletas"
–Claro, porque, actualmente, teniendo como tenemos a tanta gente alrededor enferma, uno al final piensa que da igual lo que haga, porque, si le toca, le toca…
Sí, es verdad, si te toca, te toca. Pero si tú no te has cuidado –y esto le pasa a la mayoría de la gente– tu supervivencia estará marcada por enfermedades y achaques que harán que lo que te queda por vivir sea fatal.
–Claro, tienes más papeletas…
Tienes más papeletas sin duda alguna. Ahora bien, vivimos en lugares con mucha contaminación –y eso es peor que el tabaco– y no sabemos cuántas radiaciones hay en el espacio. Estamos, pues, en una contradicción constante. De todos modos, yo creo que las cosas hay que tomárselas con calma.
–¿Cuántas personas en España mueren cada año por algún trastorno o enfermedad relacionados con el corazón?
No sé, pero en torno a 500.000 seguro. Eso en los países desarrollados. En los subdesarrollados no mueren tantas, porque la gente se muere antes de que llegue a tener un infarto.
"El corazón tiene un carisma especial"
¿Por qué dice usted que el corazón tiene un “carisma especial”?
Pues hace mucho que se sabe que el corazón tiene algo especial precisamente por lo que hablábamos antes de los sentimientos. Aristóteles, de hecho, decía que la esencia del ser estaba en el corazón… Y muchas tribus antiguas arrancaban el corazón a personas vivas para comérselo cuando aún latía, porque creían que de esa manera se convertían en inmortales.
–Qué horror… Tiene que saber fatal.
Sí, sí. Y aún ha de haber gente que hace esto. ¿No ha visto usted Indiana Jones y el templo maldito?
–Sí, desde luego, hace años, pero no me quedé, afortunadamente, con esa escena… Cambiando de tema, ¿hay mucha gente que muere de infarto por inhalar cocaína?
Muchísima, más de lo que la gente cree. La inhalación de cocaína provoca que las arterias se estrechen, tanto las del corazón como las del cerebro, y eso puede conducir al infarto.
–Y no tienen por qué ser consumidores habituales…
No, le puede pasar a cualquiera aunque sea la primera vez que lo hace. Les puede pasar.