Ripstein cierra el concurso con una Madame Bovary claustrofóbica
- Las razones del corazón está participara por TVE
- Arturo Ripstein ya ha ganado dos Conchas de Oro
- La buena acogida pone patas arriba los pronósticos
México
Dirección: Arturo Ripstein
Intérpretes: Arcelia Ramírez, Vladimir Cruz, Plutarco Haza
Guión: Paz Alicia Garciadiego
Sinopsis
La base del argumento de la cinta del méxicano Arturo Ripstein se encuentra en los últimos capítulos de la novela de Flaubert, Madame Bovary. Localizada en México, la película presenta la historia de Emilia, una ama de casa cansada de su vida. El fracaso de su matrimonio, una maternidad mal llevada, el final de la relación con su amante y el embargo de la tarjeta de crédito le llevarán a tomar una decisión drástica.
Paz Alicia Garciadiego, guionista y esposa de Arturo Ripstien, tuvo hace tiempo una ocurrencia: “Vamos a hacer Madame Bovary”. El director mexicano solo puso un requisito: “De acuerdo, pero como tú te acuerdes de Madame Bovary. No la leas de nuevo, recuerda lo importante y eso es lo que vamos a hacer”.
Así nació Las razones del corazón, última película a concurso del festival. Un film que cuenta con la participación de TVE. La nueva colaboración del tándem mexicano comprime en un solo espacio (un bloque de pisos) y unos pocos días, el final del clásico de Flaubert. Es una producción pequeña pero potente, rodada en apenas tres semanas, que hace de la necesidad virtud.
Con la idea primigenia de contar un adulterio en clave de melodrama irónico, Las razones del corazón es la angustia de un corazón torturado. Arcelia Ramírez es la protagonista absoluta de la cinta y la ya enésima gran interpretación femenina del festival.
Los diálogos de Paz Alicia Garciadiego (“repudiada y digna, la combinación perfecta contra los remordimientos”), ponen el contrapunto al enclaustramiento escénico. “Pienso que los diálogos tienen que ser más grandes que la vida”, explica Garciadiego. Ripstein se muestra satisfecho del resultado. “Entre lo que uno piensa y lo que sale hay un abismo. En este caso el abismo es muy chiquitito”.
Sobre los peculiares melodramas que llevan años generando, Ripstein ha señalado irónicamente que su mujer “estudio con las monjas del Sagrado Corazón. Yo soy judío. Ella pone el pecado y yo la culpa”.
Maestría formal
La cámara de Ripstein se instala con maestría en el edificio, con largos planos secuencias en los que se mueve con total libertad. “Los planos se repiten porque es la historia de una obsesión”. Risptein defiende además a ultranza la elección del blanco y negro. “Mi generación aprendió a amar al cine en blanco y negro. Picasso decía que el color debilitaba. Si pudiera todas mis películas serían así, pero los productores no me dejan”.
Tras el pase matutino, muchas quinielas que parecían cerradas se han desvanecido ¿Podrá Ripstein llevarse una tercera Concha? El director ha mostrado su ilusión al respecto. “Guardo los premios en la Filmoteca de México. Salvo las Conchas, que las tengo en mi estudio. Ocasionalmente la abro y las toco”.