La elegancia de Armani y la sensualidad de Cavalli en la pasarela de Milán
- Giorgio Armani revisa clásicos de aire oriental
- Roberto Cavalli firma una propuesta lujosa y salvaje
Modernidad e historia se dan la mano en el desfile de Giorgio Armani. El italiano investiga en sus archivos y rescata patrones de éxito que combina con tejidos de aspecto futurista.
Las tonalidades cromáticas son frías y cabalgan entre los tonos azules y el plata, algunos de textura metalizada y otros de caricia suave, en sedas de oriente. De esos territorios lejanos se trae también chaquetas que recuerdan a las de los pescadores por su cuello y la botonadura.
Armani mezcla formas y tejidos.
Los vestidos se superponen a los pantalones. Esta prenda se aprieta a la piel y se sitúa por encima del tobillo luciendo aberturas laterales.
Los estampados son florales, delicados y discretos. También hay rayas en negro que destacan sobre fondos azules o verdosos irisados.
Las chaquetas se construyen en todas sus versiones. Largas y muy escotadas en tonos arena, o cortas y de cuello mao con grandes broches de arácnidos.
El lujo indiscreto de Roberto Cavalli
Cavalli juega con los bordados y las transparencias. Sus vestidos son hiperfemeninos, con grandes escotes, aberturas laterales y algunos con guiños a los años 20.
El negro es el rey de la propuesta tanto en total look como en líneas que enmarcan estampados salvajes. Leopardo, tigre y pitón rebajan su lado agresivo mezclándose con flores y otros dibujos de aire mitológico. Casi todas las prendas van ribeteadas. Algunas con juegos de contraste y otras con estampados que juegan a engañar.
El oro se presenta en detalles o también en chaquetas y vestidos de estilo valquiria. Oro y negro dejan paso a colores vibrantes. Rosas, rojos, verdes y azules se mezclan en tonos fuertes y flúor para conseguir un efecto tridimensional.