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Las autoridades filipinas cifran en 21 los muertos por el paso del tifón 'Nesat'

  • La mayoría son víctimas de derrumbes y caida de árboles 
  • El servicio meteorológico advierte que aún ha peligro
  • La tormenta se dirige ahora a Vietnam 

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Vecinos limpian sus chabolas tras el paso del tifón Nesat en Marikina, Filipinas
Vecinos limpian sus chabolas tras el paso del tifón Nesat en Marikina, Filipinas.

Las autoridades filipinas han elevado a 21 el número de muertos causados por el tifón "Nesat", que cruzó el martes el norte de Filipinas y ya ha abandonado el archipiélago por el Mar de China Meridional en dirección a Vietnam.

Benito Ramos, director del Centro Nacional de Prevención de Desastres, ha asegurado que la cifra de muertos aumentará en las próximas horas. Los servicios de rescate, que han salvado a 108 personas, trabajan a destajo para encontrar a los 35 desaparecidos durante el temporal, aunque las esperanzas de hallarlos con vida se diluyen con el paso del tiempo.

La última víctima registrada es una mujer de 22 años que murió ahogada en la provincia de Isabela (norte), una de las más afectadas por el temporal.

El Centro Nacional de Prevención de Desastres señala en su último boletín que cinco niños de entre siete meses y 10 años de edad fallecieron golpeados por árboles derribados por el vendaval en distintos puntos del este y el norte del archipiélago.

Otro bebé de 22 meses murió ahogado tras caer a un río desbordado en la provincia de Catanduanes, al este del país, mientras que una abuela y tres nietos murieron en el interior de su chabola en Manila cuando se les cayó encima uno de los muros de su construcción.

Otras tres personas perdieron la vida en accidentes de tráfico provocados por el temporal al norte del país, dos niños de 8 y 14 años fueron sepultados por desprendimientos de tierra mientras que un niño de un año y otro de diez murieron ahogados al este del país. En la provincia de Rizal, cercana a Manila, un joven de 23 años perdió la vida electrocutado.

Riesgo alto

Las alertas por temporal se han rebajado en todo el país, pero el servicio filipino de meteorología (Pagasa) ha advertido de que en las zonas más afectadas por las inundaciones el riesgo sigue siendo alto.

Poco a poco la electricidad va volviendo a los más de 1,9 millones de hogares que se quedaron sin suministro por culpa de la tempestad. También ha recuperado la normalidad la capital, Manila, donde los servicios de limpieza llevan toda la jornada retirando los escombros y los árboles derribados por el vendaval.

Según las autoridades, 171.570 personas se vieron afectadas por el tifón en todo el país, de las que al menos 47.000 tuvieron que ser llevadas a los centros de evacuación previstos por el Gobierno.