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Regreso a Utoya, la "paradisíaca isla noruega" que Breivik convirtió en infierno

  • Los periodistas visitan por primera vez la isla noruega tras la matanza
  • Las juventudes laboristas quieren demoler el edificio de la cafetería
  • Hay planes para construir un monumento a los caídos en la isla

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Periodistas se preparan para desembarcar en la isla noruega de Utoya durante la primera visita autorizada para los medios de comunicación.
Periodistas se preparan para desembarcar en la isla noruega de Utoya durante la primera visita autorizada para los medios de comunicación.

"Bienvenidos a la isla, el paraíso nórdico". Una placa en inglés recuerda que Utoya fue un día un remanso de paz, una imagen que casi se adivina ahora que el silencio y los colores del otoño la han teñido de melancolía, pero los impactos de bala que salpican cada rincón de la isla son testigo de la matanza que perpetró el pasado 22 de julio el ultraderechista Anders Behring Breivik.

Los periodistas han podido entrar por primera vez esta mañana en la pequeña isla con forma de corazón, propiedad de las juventudes del Partido Laborista, donde 69 personas murieron tiroteadas o ahogadas después de que un atentado con bomba golpeara el centro de Oslo y se cobrara la vida de otras ocho vidas.

Varios agujeros de bala han dejado huellas en las paredes del edificio de una cafetería, donde muchos jóvenes se atrincheraron mientras Breivik disparaba su rifle automático y los mataba uno a uno antes de perseguir al resto por toda la isla.

El líder juvenil del Partido Laborista, Eskil Pedersen, ha afirmado que ese edificio, el más grande del complejo, probablemente será demolido como parte de un plan para "recuperar" la isla por parte de los jóvenes activistas.

"Probablemente el edificio más grande en la isla será derribado y reconstruido... porque allí ocurrieron muchos acontecimientos terribles", ha declarado Pedersen a la agencia Reuters.

Los familiares de las víctimas y supervivientes pudieran visitar la isla el pasado 20 de agosto para rendir homenaje a los jóvenes fallecidos en el tiroteo.

El Gobierno noruega reconoce las críticas y los errores

La visita de los reporteros ha coincidido con las expresiones de pesar manifestadas por las autoridades noruegas sobre su manejo de los ataques terroristas del 22 de julio. 

"Todos nosotros, incluso yo,  debemos expresar nuestro lamento por los errores cometidos", ha asegurado el ministro de Justicia, Knut Storberget, al diario Aftenposten, en el que ha sido el reconocimiento más claro del Gobierno de que algunas de las críticas a la policía están justificadas.

Algunos de los comentarios más duros contra las fuerzas de seguridad noruegas se han centrado en el tiempo que le llevó a la policía detener a Breivik -en torno a una hora- tras los primeros informes sobre el tiroteo en la isla, a unos 40 kilómetros al norte de Oslo, y donde unos 500 jóvenes de Partido Laborista se encontraban acampados.

Anders Breivik confesó que tanto el atentado de la capital como la masacre indiscriminada en la isla pretendían ser un castigo para el partido gobernante por el apoyo a la inmigración musulmana.

Storberget se ha hecho responsable de las "deficiencias" oficiales tras los ataques, incluyendo la información errónea que se le proporcionó a algunos familiares de las víctimas, pero ha afirmado que no tiene intención de dimitir.

La investigación cree que Breivik actuó solo

Hay planes para construir un monumento a los caídos en la pequeña isla,  que se recorre de punta a punta en tan solo 10 minutos. Martin Henriksen, expresidente de las juventud laboristas que ayuda en las tareas de adminsitración de Utoya, ha declarado que los costes de reconstrucción y creación del monumento podrían ascender a unos cuatro millones de euros.

"No es tanto el daño físico como el peso emocional lo que es difícil de manejar", ha indicado.

Durante las más de 75 horas de interrogatorio policial, Breivik no expresó ningún remordimiento por la matanza, y los investigadores han afirmado que todavía creen que actuó solo.

No hay ninguna indicación de que alguien supiera de los planes de Breivik

La policía de Oslo quiere entrevistar a Alan Lake, a quien consideran una figura clave en la Liga de Defensa Inglesa anti-islámica (EDL) para averiguar si pudo haber sido una fuente de inspiración ideológica para Brevik.

"Alan Lake es obviamente una persona con la que nos gustaría hablar", ha declarado el fiscal de la policía de Oslo, Paal-Fredrik Hjort Kraby a Reuters. "En este momento en la investigación no hay ninguna indicación de que alguien supiera de los planes de Breivik".

Por su parte, la Liga de Defensa Inglesa ha respondido que Lake no tenía "absolutamente nada que ver con el EDL".