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Disturbios en Santiago tras romperse el diálogo entre el Gobierno de Chile y los estudiantes

  • 28 personas han sido detenidas durante la marcha, no autorizada
  • Al menos dos civiles y seis carabineros están lesionados
  • El Gobierno no está de acuerdo con "una educación gratuita para todos"
  • Los estudiantes piden reformar un sistema creado por Pinochet

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Disturbios tras la ruptura del diálogo entre el Gobierno de Chile y los estudiantes

Una marcha de estudiantes no autorizada ha derivado este jueves en violentos disturbios en el centro de Santiago de Chile, un día después de la ruptura del diálogo con el Gobierno que, según los alumnos, no está dispuesto a aceptar la gratuidad total en la educación.

Cuatro horas después del inicio de los disturbios, 28 personas han sido detenidas, y seis carabineros y dos civiles han sufrido lesiones, según un balance de la intendenta (gobernadora) de Santiago, Cecilia Pérez, aunque los incidentes han continuado dos horas después.

Según medios locales, un periodista del canal privado Chilevisión ha sido detenido y un camarógrafo y una reportera han resultado heridos. La intendenta ha dicho que se investigarán esas agresiones, cometidas supuestamente por carabineros.

Los desmanes han comenzado cuando los jóvenes han desafiado la prohibición de la Intendencia, que les ha permitido marchar desde la Universidad de Santiago y no desde la céntrica Plaza Italia, punto neurálgico de la capital.

Batalla campal

Animados por sus líderes, los jóvenes se han reunido en la Plaza Italia para iniciar la marcha número 37 de este conflicto, pero rápidamente los carabineros comenzaron a dispersarlos con carros lanzaguas y lanzagases y por agentes montados, según ha constatado la agencia Efe.

La mayoría de los manifestantes han abandonado el lugar, pero algunos grupos han respondido con piedras y palos, han incendiado barricadas y han destrozado vallas, semáforos y señales en distintos puntos de la capital.

Los altercados han provocado el cierre de comercios y de algunas estaciones del metro, así como el corte al tránsito de numerosas calles, incluida la Alameda, principal arteria capitalina, bloqueada en unas quince cuadras, desde la Plaza Italia hasta más allá del palacio presidencial de La Moneda.

Cerca de la Plaza Italia hubo también un intento de saqueo a una sucursal de Chilectra, filial de la eléctrica Endesa. Pero los disturbios se extendieron hasta la comuna (distrito) de Providencia, uno de los más acomodados de la capital, ajeno normalmente a este tipo de altercados.

En la avenida Providencia, un grupo de jóvenes, algunos de ellos encapuchados, pero muchos a rostro descubierto, han cortado el tránsito y han instalado una barricada ante el desconcierto y la molestia de muchos transeúntes. El nivel de violencia y la extensión de estos disturbios ha sido el mayor de los registrado en protestas anteriores.

El Gobierno no quiere "una educación gratuita para todos" 

El ministro de Educación, Felipe Bulnes, ha explicado este jueves que el Gobierno ha ofrecido impulsar becas garantizadas para todo alumno meritorio de educación superior y que pertenezca al 40 % más pobre del país, y facilitar becas y créditos para otro 20 % de bajos recursos.

Bulnes ha reiterado que los estudiantes "insisten en una educación gratuita para el cien por ciento", y el Gobierno no está de acuerdo en "darle educación gratuita a todos, incluidos los más ricos". Aun así, aseguró que el Ejecutivo va a "seguir siempre disponible para el diálogo".

Los estudiantes rechazan igualmente un proyecto de ley que endurece las penas frente a los desórdenes públicos e incluye nuevos delitos como el saqueo y las tomas ilegales de centros educativos, y que ha vuelto a ser defendido este jueves por el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter.

La tensión se ha desplazado hasta el Congreso, en Valparaíso, donde un grupo de diputados opositores han extendido una pancarta a favor de la educación pública y han protagonizado empujones y forcejeos con parlamentarios oficialistas, según ha observado un periodista de Efe.

Estudiantes universitarios y de secundaria mantienen desde hace casi cinco meses este pulso con el Gobierno para reformar el sistema impuesto durante la dictadura de Augusto Pinochet, que les obliga a asumir grandes deudas para pagar sus estudios, y lograr una educación gratuita y de calidad.