Obama pide a la UE un plan concreto contra la crisis para la cumbre del G20
- Señala que la economía de EE.UU. es más débil que a comienzos de 2011
- Defiende que su plan de empleo impedirá que se produzcan daños mayores
- Con Merkel y Sarkozy, en contra de la desintegración de la zona euro
El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha reclamado este jueves que para la cumbre del G20 el mes próximo en Francia los líderes europeos hayan presentado "un plan claro y concreto" de medidas contra la crisis de la deuda.
Ha subrayado que los líderes europeos "reconocen la urgencia de la situación", pues "nadie va a estar más afectado que ellos" por esas crisis y están decididos a "resolverlo".
Obama, ha insistido en que la crisis de deuda europea puede tener un "impacto real" en la economía de su país. El presidente estadounidense se había referido en ocasiones anteriores a la crisis en la zona euro sobre la que había llegado a asegurar que está "atemorizando al mundo".
"Nuestra economía necesita un plan de choque inmediato. Los problemas que atraviesa Europa hoy podrían tener un efecto real sobre nuestra economía, en un momento en que ya se encuentra frágil", ha agregado. Obama ha hecho estas declaraciones en una confererencia de prensa sobre su plan para estimular la creación de empleo, valorado en 447.000 millones de dólares (alrededor de 324.000 millones de euros).
En este sentido, Obama ha asegurado que la incertidumbre sobre la crisis griega "ha incrementado la presión sobre los mercados financieros". Además, ha señalado que mantiene frecuentes contactos con el presidente frances Nicolas Sarkozy y la canciller alemana Angela Merkel y está de acuerdo con ellos en rechazar la desintegración de la zona euro.
Además, ha añadido que Estados Unidos "no contraerá deudas para ayudar a otros países".
"Prevenir un daño mayor"
Obama ha defendido este jueves la necesidad de aprobar su plan de creación de empleo, al asegurar que permitirá proteger al país de mayores daños económicos "si la situación en Europa se hace aún peor".
Hablaba así al comienzo de una conferencia de prensa en la Casa Blanca para abordar la situación de la economía en el país y presionar para que el Congreso apruebe el plan de empleo que presentó en septiembre.
El presidente de EE.UU. ha defendido que su plan de revitalización del mercado laboral les permitirá "prevenir una nueva caída de la actividad si la situación de Europa se agrava".
"Sostendrá el crecimiento económico, devolverá a la gente al mercado de trabajo", ha añadido Obama, mientras el Senado debe pronunciarse la próxima semana sobre el plan de empleo, calificado por la oposición republicana como "muerto".
El plan fue presentado a comienzos del pasado mes de septiembre y prevé inversiones en las infraestructuras y la reducción de impuestos para la clase media y las pequeñas y medianas empresas. Obama ha avanzado que estas medidas permitirían crear 1.900.000 empleos y bajar así la tasa de paro de 9,1% actual al 8,1%.
Los republicanos han rechazado ciertos aspectos del plan, pero también su financiación, que en parte depende de un aumento de impuestos en las rentas más altas y la supresión de beneficios fiscales.
Obama también se ha referido a la salud del sistema financiero sobre el que ha señalado que debe apoyarse en un "mejor servicio y no sobre cargos ocultos y prácticas engañosas".
"China ha sido agresiva en el sistema de comercio"
El presidente Barack Obama dijo el jueves que Estados Unidos ha estado sufriendo la manipulación de China en su moneda para ayudar a sus exportaciones, pero se ha abstenido de respaldar un proyecto de ley en el Congreso de EE.UU. que pudiera castigar a Beijing.
"China ha sido muy agresivo en el juego el sistema de comercio en su beneficio y en detrimento de otros países, particularmente los Estados Unidos", ha dicho Obama en una conferencia de prensa. Según ha señalado Obama, "la manipulación de la moneda es un ejemplo de ello".
Obama ha señalado que es importante que los socios comerciales jueguen con las mismas reglas, pero se ha mostrado cauteloso acerca de una propuesta en el Congreso para poner aranceles a las importaciones procedentes de países con moneda deliberadamente devaluada.