Se elevan a 100 los muertos en el atentado suicida del martes en Mogadiscio
- La cifra podría aumentar ya que se han encontrado más restos humanos
- La cifra de heridos también se eleva, 150, 35 de ellos de gravedad
El número de muertos por el atentado suicida perpetrado por los fundamentalistas islámicos de Al Shabab en Mogadiscio el pasado martes ha aumentado a 100, según han informado este jueves el Gobierno de Somalia y Naciones Unidas.
Estas fuentes han explicado que los cuerpos contabilizados hasta la fecha son 100, pero que existen varios miembros humanos arrancados a causa de la explosión que dificultan una mayor precisión en el número de fallecidos.
El Ejecutivo somalí ha precisado, además, que el número de heridos se sitúa en 150, 35 de ellos de gravedad, que han sido trasladados este jueves a Turquía para recibir atención médica.
Tensión constante
Un portavoz de Al Shabab, Mohammed Osman Aruf, ha asegurado que la milicia radical islámica, vinculada a Al Qaeda, llevará a cabo nuevos atentados como el del pasado martes "pronto" con el fin de "desmoralizar a las tropas del Gobierno (Federal de Transición)".
El Ejecutivo que preside Sharif Sheikh Ahmed ha puesto en alerta a todos los ministerios y ONGs que operan en Somalia para extremar precauciones frente a posibles nuevos ataques.
Los habitantes de la capital somalí temen nuevos atentados y están especialmente preocupados por los escolares, ya que los estudiantes fueron el objetivo del último atentado, ejecutado con un camión bomba.
El ataque del martes se produjo después de la supuesta retirada de Al Shabab de Mogadiscio, a principios del pasado mes de agosto, motivada por lo que los radicales islámicos denominaron "un cambio táctico", mientras que el Ejecutivo somalí lo interpretó como una victoria sobre esta milicia.
No obstante, Al Shabab, que aún domina buena parte del sur de Somalia, anunció entonces que optaría por una guerra de guerrillas, como certificó aquel ataque, en vez de por el enfrentamiento directo que practicaban hasta entonces.
Al Shabab lucha contra las tropas del internacionalmente respaldado Gobierno somalí y las de la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) para instaurar en la región un estado musulmán de corte wahabí.
Somalia vive una permanente guerra civil y carece de un Gobierno efectivo desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país en manos de señores de la guerra tribales, milicias islámicas y bandas de delincuentes armados.