Félix era un ser humano con una tremenda capacidad para amar
- Paco Tomás, presentador de La Transversal en RNE, recuerda al escritor
Era una mesa redonda. Nunca ha surgido una mala idea en torno a una mesa redonda. No puedo decir lo mismo de las mesas rectangulares, ni ovaladas y, desde luego, no de las mesas con forma de u.
Alrededor de esa mesa, en un restaurante chino, estaba Félix Romeo. Posiblemente, una de las personas más generosas que he tenido la suerte de conocer. Me jode haber tenido la desgracia de perderlo de vista tan pronto. Siempre es pronto.
Félix Romeo fue uno de los padres de La Transversal, “el programa de los lunes que solo se escucha los domingos”. Su voz, pronunciando esa magnífica cabecera, fruto de su derrochadora creatividad, me (nos) acompañó durante tres temporadas.
Él comenzó dirigiendo el programa hasta que decidió que era yo quien debía hacerlo. Félix creía en la gente.
En estos tiempos en los que parece que lo único que importa son los números, Félix creía en las personas. Me jode que su luz se apague cuando más falta hace iluminar el camino.
Sus carcajadas eran saludables. Sus abrazos te hacían sentir querido. Su afecto te hacía sentir importante. Su literatura te hacía sentir.
Félix era un ser humano con una tremenda capacidad para amar. Lo demostró durante 43 años. Me jode que haya sido precisamente el corazón el que le haya impedido seguir haciéndolo durante 43 años más. Juro que me jode.