La primavera árabe, favorita a un Nobel de la Paz siempre imprevisible
- Las apuestas apuntan a algún líder de las revueltas de Túnez y Egipto
- Este año hay muchos que defienden que debería llevárselo una mujer
- La UE y el eterno nominado Helmut Khol, también entre los candidatos
¿A quién se debe dar el Nobel de la Paz?
El inventor Alfred Nobel dejó escrito en su testamento en 1895 que se debía premiar a quienes contribuyeran a fomentar la fraternidad entre las naciones, a la reducción de armamento y a la promoción de la paz.
El Premio Nobel de la Paz ha estado rodeado de polémica los dos últimos años -en 2009 al galardonar al presidente de EE.UU., Barack Obama, y en 2010 por desatar la furia de China al premiar al disidente Liu Xiaobo- pero parece que en esta ocasión ha habido consenso y todo apunta a que ha sido gracias a que los vientos de libertad de la primavera árabe han soplado en Oslo.
Los blogueros y activistas tunecinos y egipcios que, utilizando Internet y las nuevas tecnologías como únicas armas, lograron movilizar a sus pueblos para levantarse contra décadas de represión son la apuesta favorita para alzarse con el Nobel de la Paz 2011, que se falla este viernes en la capital noruega.
"Creo que es muy probable que este año el Nobel de la Paz tenga algo que ver con la primavera árabe. Lo más probable es que sea con Egipto o Túnez, donde los levantamientos ya estaban bastante avanzados en febrero, fecha límite para la presentación de candidaturas. Y también los lugares donde los levantamientos han sido fundamentalmente no violentos. Así que creo que este último punto será un buena razón para el comité del Nobel", ha asegurado el director del Instituto de Investigación para la Paz de Oslo, Kristian Berg Harpviken, en declaraciones a la agencia France Press.
En Túnez, una de las nominadas es la bloguera y profesora universitaria Lina Ben Mhenni. Su blog titulado Una chica tunecina desempeñó un papel crucial en la revolución que derrocó al presidente Zine el Abidine Ben Alí, aunque su lucha a favor de la libertad de expresión comenzó en 2007.
Durante el mes que duró la revolución del jazmín, Lina viajó por el interior de Túnez para mostrar a la gente vídeos de muertos y heridos a manos del régimen. Su trasplante de riñón no le impidió tampoco, meses antes de que estallaran las protestas, convocar manifestaciones pacíficas para denunciar la censura gubernamental.
"En los últimos diez años solo dos mujeres han recibido el Nobel de la Paz, y ciertamente no hay falta de buenas candidatas competententes, así que creo que es hora de que el Nobel de la Paz sea para una mujer. Y si nos fijamos en la primavera árabe hay varias candidatas muy buenas. Y creo que enviaría una mensaje muy positivo al mundo islámico que se encuentra en transición", ha afirmado Harpviken.
Las mujeres de la revuelta árabe
Israa Abdel Fattah es la otra candidata a ganar el premio, dotado con diez millones de coronas suecas, poco más de un millón de euros. La conocida también como "Chica Facebook" revolucionó Egipto con el Movimiento 6 de Abril, un grupo que ella ayudó a fundar en 2008 y que se convirtió en el azote del régimen de Hosni Mubarak.
La mañana del 6 de abril de 2008, Fattah fue detenida y permaneció dos semanas en prisión. Su arresto conmocionó a ciberactivistas de todo el mundo. Tres años después, la joven reapareció para coordinar las protestas contra el Gobierno y fue una de las personas que representó la voz de los egipcios en la plaza Tahrir.
"Un premio para dos mujeres en el mundo árabe sería algo muy popular e inspirador para otras mujeres, por ejemplo en Arabia saudí y otros Estados Árabes", opina el historiador de los premios Nobel, Asle Sveen.
Junto a Israa, en las apuestas aparece otro egipcio, Wael Ghonim, el director de marketing de Google para Oriente Medio y el Norte de África que fue detenido durante las manifestaciones en El Cairo, un hecho que le convirtió en el improvisado héroe de la revolución egipcia.
"Los héroes son los que están en las calles, participando en las manifestaciones, sacrificando sus vidas, siendo golpeados, arrestados y expuesto al peligro", declaró al salir de la cárcel entre vítores y aplausos de opositores.
En julio de 2010, fundó la página web "Todos somos Jaled Said", en protesta por la muerte de un hombre supuestamente a manos de la policía en Alejandría en junio de 2010 y desde entonces, luchó por el cambio en Egipto. La revista Time le nombró recientemente una de las 100 personas más influyentes del mundo.
La UE o el eterno nominado Helmut Kohl
Sin embargo, la solidez de los candidatos árabes se ha visto cuestionada por unas declaraciones del secretario del Comité Nobel noruego, Thorbjorn Jagland, que se ha desmarcado de las tendencias que apuntan al norte de África y se ha mostrado "sorprendido" porque los medios de su país no hayan visto lo evidente de la elección de 2011, según informa la agencia Efe.
“Cifra récord de candidaturas“
Además, las palabras de Jagland en una entrevista en la agencia NTB, en la que habló de la UE como "un proyecto de paz europeo", han desatado las especulaciones y han apuntado los focos hacia la propia Unión Europea en su conjunto y también el excanciller alemán de 81 años Helmut Kohl, el eterno nominado.
El número de candidatos ha alcanzado este año la cifra récord de 241 y entre ellos hay apuestas tan diferentes como Julian Assange, el fundador de Wikileaks, la organización de derechos humanos rusa Memorial y su dirigente Svetlana Gannushkina, el arzobispo indio Thomas Menamparampil, el médico congoleño Denis Mukwege, el monje vietnamita Thich Quang Do y el activista antinuclear israelí Mordechai Vanun.
La afgana Sima Samar
Y si el comité noruego hace caso a la corriente que apoya que la premiada sea una mujer y no se decanta por una árabe, entonces la presidenta de la Comisión Afgana Independiente de Derechos Humanos, Sima Samar y la líder opositora birmana, Aung San Suu Kyi, parecen las mejor posicionadas.
Liberada a finales de 2010 tras varios años de arresto domiciliario, la elección de Suu Kyi sería una sorpresa porque ya fue galardonada con el Nobel de la Paz en 1991 y nunca una persona lo ha recibido dos veces, aunque sí dos organizaciones: la Cruz Roja y la agencia de la ONU para los Refugiados.
Samar, por su parte, encarna la lucha por los derechos de la mujer en Afganistán y, precisamente este viernes se cumplen diez años desde que comenzara la guerra.
¿El comité noruego cumplirá con las expectativas que miran al norte de África o sorprenderá como casi siempre? La respuesta, este viernes a las 11.00 en Oslo.