La lluvia de estrellas dracónidas alcanza una intensidad de un meteoro por minuto
- Ha sido el fenómeno más intenso en al menos dos décadas
- Las dracónidas son restos de un cometa en la órbita de la Tierra
La última gran lluvia de estrellas que se podrá ver en los próximos 15 años, las conocidas como dracónidas, ha respondido a las expectativas con momentos de gran intensidad, en los que se ha observado la caída de un meteoro cada minuto.
Alejandro Sánchez, del departamento de Astrofísica de la Universidad Complutense, ha indicado que la actividad de esta lluvia de estrellas ha sido bastante alta, aunque aún están a la espera de las mediciones que obtendrán cuando recuperen la sonda que han lanzado desde Daimiel (Ciudad Real).
A falta de estos datos, Sánchez ha señalado que ha habido rachas de hasta tres o cuatro estrellas fugaces por minuto en los momentos de mayor intensidad de la tormenta este sábado por la noche.
Estudio de riesgos para los satélites
Esta tormenta perfecta es la última gran lluvia de estrellas que se producirá en los próximos 15 años, por lo que era una gran ocasión para que los científicos afinaran su modelos de predicción de lluvias de estrellas, algo de gran utilidad para prevenir los daños que el impacto de estos meteoros causan en los satélites que hay en el espacio.
Alejandro Sánchez ha explicado que esta es la lluvia de estrellas más importante desde 2002, por lo que puede ser considerado un "evento extraordinario". En esta ocasión la lluvia se ha producido al cruzarse la órbita de la Tierra con la nube de partículas que dejó el cometa 21P/Giacobini-Zinner entre finales del siglo XIX y principios del XX.
Aunque existen otras lluvias de estrellas cíclicas, cada dos o siete años, la de las dracónidas tiene una actividad mucho mayor que otras, como las perseidas. Esta última tiene una actividad de cien meteoros a la hora, mientras que en el caso de la de esta noche era seis veces mayor, aproximadamente de un meteoro cada minuto.
La comunidad científica no ha dejado pasar por alto esta ocasión y en otros puntos de la geografía española también se han hecho observaciones de este fenómeno.