Standard & Poor's y Fitch rebajan la nota de los grandes bancos españoles
- Señalan que las turbulencias de los mercados financieros afectan a la banca
- S&P cifra entre 296.000 y 313.000 millones los activos problemáticos
Las notas de las agencias
La triple AAA es el símbolo de los mejores productos, aquellos con los que el inversor tiene la plena seguridad de que recuperará su inversión.
Si las agencias consideran que hay riesgo de que el emisor no pague, la nota se rebaja: AA, A, BBB, BB, B, CCC... hasta la D (con múltiples escalones intermedios, indicados por los símbolos + y -). El límite crítico lo marca la nota BBB: por debajo de esa nota, se considera que se trata de un producto especulativo, es decir, bonos basura.
Las agencias de medición de riesgos Standard & Poor's (S&P's) y Fitch han rebajado este martes la calificación de los grandes bancos españoles. En concreto, la rebaja realizada por Standard&Poor's reduce la nota de la deuda a largo plazo del Banco Santander, el BBVA, Bankinter, Banco Sabadell, Ibercaja, BBK, la Kutxa y la patronal de las cajas (CECA). Además mantiene en perspectiva negativa a todas estas entidades porque teme que la economía española se deteriore más de lo que ellos calculan.
Mientras, Fitch Ratings ha rebajado en un escalón los ratings de Banco Santander, Banesto, BBVA, CaixaBank, Banco Popular y Banco Sabadell. La agencia de calificación crediticia ya había rebajado la pasada semana en dos escalones la nota de solvencia de España, hasta 'AA-' desde 'AA+', con perspectiva 'negativa'.
Percepción más pesimista
Por su parte, S&P subraya que esta rebaja también es consistente con la opinión de que muchos bancos a nivel mundial, y los bancos europeos, en particular, "siguen enfrentándose" a las turbulencias en los mercados.
En un comunicado, S&P's explica que la rebaja de estas entidades es la consecuencia de una percepción más pesimista sobre el riesgo del sistema bancario español.
La agencia pone en revisión negativa la calificación de CaixaBank y Bankia, al tiempo que amenaza con recortar la nota del Banco Popular, tras anunciar su fusión con el Banco Pastor.
Además, Standard & Poor's ha rebajado la calificación de la banca española en su conjunto por el riesgo económico de España, ya que considera que la merma de su previsión de crecimiento, la depresión del sector inmobiliario y la turbulencia de los mercados de capitales impactarán en las entidades en los próximos meses.
Fitch se apoya en la rebaja a la deuda de España
En una nota, Fitch señala que esta decisión responde al hecho de que los bancos generalmente no deberían ser calificados más altos que el país en el que estén domiciliados.
Además, subraya que esta rebaja también es consistente con la opinión de que muchos bancos a nivel mundial, y los bancos europeos, en particular, "siguen enfrentándose" a las turbulencias en los mercados.
Así, considera que el entorno de debilidad económica en España, el alto desempleo y los problemas del sector inmobiliario seguirá afectando a el volumen de las actividades de los bancos en el país, así como a la calidad de los activos.
Deja al Santander y al BBVA en AA- y A+
En concreto, Fitch ha rebajado la nota de Santander y de Banesto desde 'AA' a 'AA-', con perspectiva 'negativa', decisión que también ha adoptado para otras filiales del grupo presidido por Emilio Botín como Santander Consumer o Santander Totta.
En esta misma línea, también ha recortado en un escalón el rating del BBVA desde 'AA-' a 'A+' y ha revisado de 'estable' a 'negativa' la perspectiva de su calificación.
En los casos de Santander y BBVA, señala que su diversificación geográfica les da una mayor capacidad para compensar la caída en España, aunque ambos cuentan con una presencia significativa en el país.
Asimismo, la calificación de CaixaBank y La Caixa ha pasado desde 'A+' a 'A' y su perspectiva ha cambiado de 'estable' a 'negativa', mientras que la de Banco Sabadell y Banco Guipuzcoano se sitúa tras la revisión en 'BBB+', frente al 'A-' anterior, con perspectiva 'negativa'. Para Fitch, la sólida franquicia a nivel nacional de banca minorista en España contribuye a un alto nivel de ingresos recurrentes y una gran capacidad para atraer los depósitos de clientes.
En el caso del Banco Popular, la agencia ha rebajado su rating desde 'A-' a 'BBB+' y lo ha situado en revisión para una posible rebaja (Rating Watch Negative) después de que anunciara su intención de adquirir la entidad gallega Banco Pastor.
La banca sufre las turbulencias de los mercados
Por el momento, en un comunicado la agencia S&P justifica el recorte de las calificaciones de todas estas entidades, incluyendo filiales del Banco Santander como Banesto, Santander Consumer Finance e incluso Santander UK, porque ahora es más pesimista sobre el riesgo de todo el sistema bancario español.
La banca está sufriendo la atonía de la economía y del mercado inmobiliario, así como las turbulencias en los mercados financieros, resume S&P.
Frente a estos recortes, CaixaBank, La Caixa, Bankia y su matriz BFA han corrido mejor suerte, ya que S&P no ha variado su calificación, si bien las ha puesto en perspectiva negativa.
El Santander y el BBVA obtienen un sobresaliente bajo
En concreto, la deuda a largo plazo del Banco Santander y del BBVA pasa de estar catalogada con un sobresaliente 'AA' a un sobresaliente bajo 'AA-'. La misma nota reciben Banesto, Santander Consumer Finance y la filial británica del Santander.
Por debajo, al pasar de notable 'A' a notable bajo 'A-' se sitúan la patronal de las cajas (CECA), Ibercaja y su banco, Bankinter y Banco Sabadell. La misma clasificación reciben BBK y Kutxa.
En el grupo de las cuatro entidades que mantienen su calificación aunque con perspectiva negativa, S&P sitúa a CaixaBank con un notable alto 'A+' y con un notable bajo 'A-' a La Caixa y Bankia. En el caso de esta última entidad, su matriz BFA conserva el aprobado raspado, 'BBB-'.
Por último, S&P amenaza seriamente con rebajar el notable bajo, 'A-' ,del Banco Popular tras anunciar la absorción del Banco Pastor.
Altos niveles de activos problemáticos
En cualquier caso, lo más significativo sigue siendo que a pesar de los recortes, S&P sigue siendo pesimista en el corto plazo, en los próximos 18 meses, ya que cree que la banca española seguirá viéndose perjudicada porque la economía del país seguirá corrigiendo sus desequilibrios.
La agencia admite que en general los bancos españoles han resistido la recesión, pero con el tiempo sus perfiles financieros se han debilitado, con lo que han acumulado altos niveles de activos problemáticos y han agotado la mayoría de sus provisiones.
En consecuencia, sus ingresos y, a su vez, su capacidad para absorber las pérdidas se han deteriorado, al tiempo que se enfrentan a mayores dificultades para financiarse, como consecuencia de la falta de confianza de los inversores en los bancos.
Rebaja de nota a la banca española
La agencia de calificación crediticia S&P ha bajado la nota al sistema financiero español desde el grupo '3' al grupo '4' dentro de su escala del uno (el más fuerte) al diez (el más débil) que mide la fortaleza del sector financiero en función del riesgo país, 'Bicra' por sus siglas en inglés (Banking Industry Country Risk Assessment).
El sistema financiero español se encuentra en la misma categoría que el de países como la República Checa, Israel, Corea, México y Eslovaquia.
La corrección de los desequilibrios en España seguirá teniendo un impacto negativo en los perfiles financieros de los bancos españoles en los próximos quince a dieciocho meses, "lo que supone más tiempo de los tres años en los que esperábamos que el sector financiero absorbiera el impacto del ciclo económico a la baja", argumenta S&P.
La agencia de medición de riesgos Standard & Poor's ha cifrado entre 296.000 y 313.000 millones los activos problemáticos -activos inmobiliarios adquiridos y adjudicados, depreciaciones acumuladas y créditos morosos- que ha generado el sector financiero español durante la recesión.
Las perspectivas de crecimiento de España son limitadas
La agencia crediticia dice que las perspectivas de crecimiento de la economía española son limitadas, lo que estrangula la posibilidad de un rebote del sistema financiero a corto plazo. El PIB crecerá entre un 0,8% y un 1,0% en 2011 y 2012, respectivamente.
La atonía de la actividad en el sector inmobiliario hará que la banca acumule mayores existencias de activos problemáticos durante 2012 y los primeros meses de 2013, al tiempo que afrontará mayores obstáculos para su venta.
"Esto a su vez restringirá la capacidad de los bancos para dedicar recursos del ladrillo a otros sectores de la economía, lo que apagará la recuperación económica", vaticina S&P.
Por otro lado, apunta que pese a la tendencia a la baja en el déficit por cuenta corriente, España se mantiene vulnerable a los flujos de capital, dada la persistencia de la volatilidad en los mercados y la aversión al riesgo de los inversores.