Sacyr y Pemex mantienen su pacto sobre Repsol aunque la mexicana no llega al capital fijado
- Pemex cuenta con el 9,49% del capital de Repsol y debe adquirir el 9,8%
- Sacyr y Pemex acordaron unir sus votos sobre el 29,8% del capital de Repsol
La constructora Sacyr Vallehermoso y la petrolera mexicana Pemex siguen adelante con el acuerdo que firmaron el pasado 29 de agosto, por el que unen el capital social que tienen en Repsol y suman el 29,8% de los derechos de voto en la compañía. El acuerdo se mantiene a pesar de que la mexicana no ha adquirido todavía el 9,8% de las acciones que ambas compañías firmaron entonces.
Pemex cuenta en la actualidad con títulos en Repsol que representan el 9,49% de su capital social, que sumadas al 20,01% que tiene Sacyr permitirían a ambas compañías controlar el 29,5% de Repsol. Así lo señalan en un comunicado enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que se ha publicado este viernes.
Repsol había solicitado que anularan su pacto
Sacyr y Pemex ratifican su acuerdo, que ya inscribieron en el Registro el pasado 3 de octubre, después de que el consejo de administración de Repsol acordara en su reunión del pasado 28 de septiembre instar a estos dos socios a dejar sin efecto el pacto parasocial.
De su lado, Sacyr y Pemex anunciaron ese mismo día su intención de impugnar esta reunión del consejo de la petrolera que preside Antonio Brufau por considerar que se había "pretendido quitarles sus derechos y negarles la información más elemental alegando un inexistente conflicto de intereses".
Con su pacto en Repsol, que se firmó con una vigencia de diez años, los dos accionistas se comprometen a votar de forma conjunta en las decisiones relevantes que se tomen en la petrolera y aspiran a contar con una representación "acorde" con su participación en el capital social de la compañía.
Asimismo, según indicaron cuando anunciaron su acuerdo, Sacyr y Pemex se comprometieron a adoptar las medidas tendentes a que el mercado reconozca el "verdadero potencial" de Repsol. Además, apuntaron a la "positiva" separación de las funciones de presidente del consejo de administración y del primer ejecutivo --cargos que actualmente recaen en Antonio Brufau--.