Los socialistas, listos para preparar la maquinaria anti-Sarkozy tras la victoria de Hollande
- El PS desmiente que haya un conflicto interno en el partido
- La derrotada, Martine Aubry, hace un llamamiento de unidad
Los socialistas franceses han comenzado este lunes a preparar el camino de la que quieren sea una maquina apisonadora anti-Sarkozy en las elecciones presidenciales de 2012, tras la victoria clara de François Hollande en las primarias del domingo.
La derrotada, la que es de nuevo primera secretaria del Partido Socialista (PS), Martine Aubry, se ha puesto ya manos a la obra y ha hecho un llamamiento a la unidad, al "combate colectivo" de los socialistas contra el presidente Nicolas Sarkozy.
Aubry -trece puntos por detrás de Hollande en la segunda ronda de las primarias- ha declarado que la gubernamental Unión por un Movimiento Popular (UMP) no podrá cebarse en la lucha interna del PS que ahora se sospecha habrá por reunir efectivos tras la derrota de la jefa del partido.
Los próximos a Hollande se han apresurado a desmentir que dentro del PS los ánimos estén de punta por la victoria del uno contra la otra, aunque algunos de ellos, de manera anónima, han hecho circular en la prensa la idea de que el ganador tendrá que colocar a su equipo en la dirección.
Diseñar el futuro socialista
El diputado de Corrèze tendrá ocasión de explicarse sobre las primarias y sobre su candidatura al Elíseo esta misma noche, con una entrevista en horario de máxima audiencia televisiva en el canal TF1 a las 20.00 horas locales.
El PS celebrará el miércoles su primera reunión de dirección el miércoles después de un proceso de elección de candidato para las presidenciales en el que seis líderes socialistas se presentaron como rivales ante los electores durante varios meses.
Y ahora el reto es múltiple, ya que los socialistas deberán mostrar unidad interna si quieren conquistar el palacio del Elíseo en 2012 y enseñar esa flexibilidad y habilidad negociadora que les faciliten acuerdos con otras fuerzas de izquierda y que con Aubry parecía más evidente que con Hollande, según han recordado este lunes en sus editoriales los principales medios de prensa galos.
El próximo 22 de octubre se celebrará la convención de investidura de Hollande como candidato, quien tendrá de tiempo hasta el 22 de abril del año que viene para personificar ante los franceses el ideal de los valores de la República y demostrar que la era Sarkozy, como por otro lado muestran los sondeos más recientes, está casi acabada para los franceses.
Sarkozy guarda silencio
Pero el reto además es externo al partido, probablemente más inclinado a una "izquierda realista" con Hollande como candidato y por esa razón más difícilmente compatible con una izquierda comunista y unos ecologistas próximos a reivindicaciones antiglobalización que no necesariamente le pondrán fácil al candidato del PS un apoyo para alcanzar el Elíseo.
"La izquierda no puede tener éxito si no se enfrenta a los bancos", ha declarado al conocer la victoria de Hollande el portavoz del Partido Comunista, François Delapierre, que ha dado el tono de las caras que pueden poner las formaciones de izquierda al candidato cuando proponga un frente unido anti-Sarkozy.
Desde la gubernamental UMP (Unión por un Movimiento Popular, conservadora), una vez pasadas las primarias socialistas sus principales responsables ya han hecho saber que en los próximos días se dedicarán a destacar las "inconsistencias" y debilidades del candidato Hollande.
"Se ha metido en una espiral de promesas demagógicas", ha declarado la portavoz del Gobierno y ministra del Presupuesto, Valérie Pécresse, a propósito de Hollande, quien en los próximos días tendrá la ocasión de demostrar si el programa defendido en las primarias era, como ha asegurado la responsable gubernamental, un compendio de "ilusiones".
Y quien de momento guarda silencio es el objetivo declarado de los socialistas, el presidente Sarkozy, que tendrá ocasión en las próximas semanas de jugar a fondo la baza que le permite el hecho de que Francia es presidente de turno del G-20.
La cumbre que en Cannes reunirá a los líderes de ese grupo de países será la ocasión para Sarkozy de demostrar que tiene la iniciativa en materias como la tasa a las transacciones financieras internacionales o la solución a la crisis en la eurozona y que en sus manos están las propuestas reales para paliar las consecuencias de esta sobre el bienestar de los franceses.