La OTAN hirió a Gadafi y los rebeldes le remataron
- El líder libio fue capturado vivo por los rebeldes, según las imágenes difundidas
- Trató de huir en un convoy pero un bombardeo de la OTAN le frenó
- Huyó a unas tuberías donde "se escondió como un rata", según los rebeldes
- El primer ministro libio dice que murió por una bala en la cabeza de un fuego cruzado
Un Muamar Gadafi es llevado a empellones por un grupo de hombres armados. El líder libio, caminando por su propio pie y desorientado, mira un momento a la cámara que le está grabando. Forcejea con sus captores, que tiran de él y le colocan sobre un todoterreno.
Un combatiente del Consejo Nacional de Transición (CNT, el gobierno de facto de Libia) parece tener una pistola muy cerca de su cabeza pero es imposible determinar si la usa. Gadafi se tiende sobre el capó de un todoterreno, rodeado de insurgentes sobreexcitados. Corte.
De nuevo aparece el mismo hombre pero está ya envuelto en una sábana ensangrentada, con un disparo en la sien. Un disparo que no aparecía por ningún sitio en el primer vídeo.
Horas después, el primer ministro de Libia, Mahmoud Yibril, citando un informe forense, afirma que Gadafi murió por una bala en la cabeza que habría recibido por un fuego cruzado entre combatientes del gobierno provisional, después de haberle capturado, y sus propios partidarios,
Así acabó el último día de vida de Muamar Gadafi.
"Huida frustrada"
La mañana empezó de forma muy diferente. Consciente de que los rebeldes iniciaban su operación definitiva sobre Sirte, Gadafi, rodeado por varias docenas de guardaespaldas leales y acompañado por el jefe de su ya inexistente ejército, Abu Bakr Tunis Jabr, rompe dos meses de estado de sitio rebelde en Sirte y logra huir hacia el oeste.
Pero no por mucho tiempo. La OTAN localiza los vehículos militares que pertenecen a los pro-Gradafi y, a las 08:30 de la mañana, los 50 camiones equipados con armas pesadas están quemados y destrozados junto a una subestación eléctrica a 20 metros de la carretera que sale de Sirte, a tan solo dos kilómetros de la localidad.
Dentro de los vehículos todavía sentados están los esqueletos quemados de los conductores y los pasajeros, muertos al instante por el bombardeo. Otros cuerpos yacen mutilados. En total, unos 50 cadáveres, entre ellos el antiguo jefe de las Fuerzas Armadas de Gadafi.
Altos cargos militares de EE.UU. que han pedido el anonimato han confirmado a la cadena de televisión NBC que un avión Predator no tripulado lanzó un misil Hellfire contra el convoy. Según los funcionarios, tanto el Predator como un avión de la OTAN alcanzaron a varios vehículos.
Según la versión del ministro francés de Defensa, Gerard Longuet, un avión galo de combate Mirage 2000, integrado en la OTAN, detectó el convoy y lo ametralló.
Los disparos del avión francés dividieron la fila de automóviles y una parte de la misma fue atacada por una brigada de los rebeldes libios, en un enfrentamiento "en el que se destruyeron vehículos y hubo personas heridas", explica Longuet. Los combatientes "sacaron al coronel Gadafi" de un vehículo y puede que le hirieran entonces.
"Como una rata"
Sin embargo, según la versión del primer ministro del CNT, Mahmud Yibril, Gadafi y un puñado de sus hombres logran escapar de la muerte y parece que consiguen ocultarse en unos árboles en la carretera principal. Poco después se meten en dos tuberías de drenaje, donde el líder libio vive su última paradoja vital: él, que había pedido orgulloso a sus tropas, cuando tenían a los rebeldes asediados en Bengasi, que los cazasen como ratas, es cazado finalmente como un roedor.
"Él nos llamó a nosotros ratas, pero mira cómo le encontramos", asegura a Reuters Ahmed Al Sahati, un insurgente de 27 años mientras señala las dos tuberías situada junto a la carretera de seis carriles de ancho.
Los insurgentes seguían la pista al convoy y no tardaron en encontrar a Gadafi y su séquito.
"Al principio les disparamos con nuestras baterías antiaéreas pero no sirvieron para nada", detalla Salem Bakeer, que desvela que el exdictador y sus hombres iban a pie.
"Uno de los hombres de Gadafi vino haciendo gestos con su rifle en el aire y gritando que se rendía, pero tan rponto como vió mi cara empezó a dispararme", añade.
"Luego creo que Gadafi les dijo que parasen. 'Mi maestro está aquí, mi maestro está aquí, Muamar al Gadafi está aquí y está herido'", narra Bakeer.
En efecto, Gadafi estaba herido por disparos en su pierna y en su espalda, según Bakeer, una versión que ha sido confirmada por otros rebeldes que participaron en la operación, que han asegurado que Gadafi fue disparado y herido al final por sus propios hombres.
"Uno de los guardaespaldas de Gadafi le disparó en el pecho", señala Omran Jouma Shawan.
Final dantesco
El panorama en las tuberías era dantesco. Con cables caídos de la subestación eléctrica cercana que cubrían la entrada, allí había tres cuerpos sin vida, aparentemente también guardaespaldas de Gadafi.
Al final de la tubería había otro grupo de cadáveres, todos hombres de raza negra. Uno de ellos tenía los sesos volados y otro había sido decapitado.
Los soldados del Gobierno de transición lanzan disparos al aire y gritan 'Alá es grande' y posan para fotografiarse.
Mientras, Gadafi es trasladado herido y acosado por los insurgentes, tal y como muestran las imágenes.
Nadie sabe qué pasó luego aunque por las calles de Sirte se pasea triunfante con una pistola de oro que supuestamente perteneció a Gadafi un joven de 18 años llamado Ahmed al-Shabaini. Los que le rodean le llaman con otro nombre: "El hombre que mató a Gadafi".