La iglesia de San Pablo en Londres cierra para forzar la retirada de la acampada de los indignados
- El clérigo Knowles pide en una carta el desmantelamiento del campamento
- La Iglesia considera que las protestas afectan a los turistas y visitantes
- Los manifestantes han convocado una asamblea de emergencia
"La conocida iglesia de Londres de San Pablo cerrará", ha anunciado un alto clérido de la institución eclesiástica. El motivo, según ha dicho, serían los peligros que plantea la acampada de protesta que los indignados han establecido frente a la catedral.
Grame Knowles Dean ha escrito una carta en la que pide a los manifestantes que abandonen la plaza, que está ocupada desde el pasado sábado. "Ha sido una decisión difícil pero no teníamos otra opción. Lo hemos elegido así porque no es posible cumplir día a día con las obligaciones que tenemos con nuestros fieles, visitantes y peregrinos en las circunstancias actuales", ha señalado.
En respuesta, los manifestantes han emitido una declaración. Uno de ellos, McNern Ronan, ha dicho a la agencia Reuters que van a seguir: "La lucha tiene que continuar". Los organizadores del campamento han convocado una asamblea de emergencia para discutir sobre su futuro.
Pero el campamento sigue creciendo
Lo que comenzó siendo unas docenas de tiendas de campañas pasó a ser una ciudad con estilo propio: con su universidad, su biblioteca, comedor y asesos, y la Iglesia tuvo un papel importante, ya que en un principio lo apoyó, demandando, eso sí, que la acampada guarda un orden.
Incluso cuando entró la policía y pidió que los indignados dieran marcha atrás, la Iglesia permitió que siguieran, pero ahora cambia su opinión, parece que les inquieta el crecimiento de la acampada.
En su carta abierta, en la que piden el desmantelamiento del campamento, Knowles ha elogiado el carácter pacífico de la protesta: "Muchas personas en todo el mundo, incluidos cristianos, se identifican con la injusticias y desigualdades", decía la c arta.
Las protestas en Londres son solo algunas de las muchas que están teniendo lugar en varias ciudades de Europa y Estados Unidos, en las que critican duramente al sistema financieron actual y piden una distribución más equitativa de la riqueza.
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